Comenzó su andadura en septiembre de 2020 y, tres años después, Larrun École Basco-Française, que ya cuenta con más de 140 alumnos, ha inaugurado sus primeras aulas de Primaria. Ubicado en el barrio de Amara, este centro escolar concertado, que propone un modelo plurilingüe basado en las tres lenguas oficiales de Euskal Herria (euskera, francés y castellano), se encuentra en plena fase de crecimiento. 

Así, cada curso escolar el centro ha sumado un nuevo curso, contando desde septiembre de este año con todos los niveles de Infantil y el primero de la Primaria. “La idea de este centro, el primer centro escolar transfronterizo de Euskadi, surgió de la sociedad civil, con el apoyo de la Eurorregión y de la Región Nueva Aquitania, así como del Gobierno Vasco que nos ha concedido la concertación. Organizado como cooperativa y contando con el apoyo técnico de HUHEZI Mondragon Unibertsitatea y de la Universidad de Bordeaux, École Larrun es un centro en pleno crecimiento”, constatan sus responsables. 

Inmmersión en cada etapa

La misión educativa del centro es el pleno desarrollo del alumnado en sus dimensiones cognitiva, social, emocional y física; en otras palabras, el desarrollo de sus capacidades humanas. En ese sentido, y dentro de la competencia lingüística y de comunicación, el objetivo es lograr que el alumnado sea competente en los tres idiomas del País Vasco: euskera, francés y castellano, adquiriendo una adecuada expresión oral y escrita además de una sólida cultura humanista en las tres lenguas. 

Desde el centro explican cómo se lleva a la cabo la inmersión lingüística en cada una de las etapas: “En la etapa de Infantil, los niños y niñas están en una doble inmersión: un día en francés y otro en euskera. Para ello, docentes de ambos lados de la muga se alternan a lo largo de la semana. En Primaria, el ritmo cambia un poco durante los dos primeros años: tres días de euskera y dos días de francés el primer año, tres días de francés y dos días de euskera el segundo año”, explica Oihana Imaz, coordinadora de la etapa de Primaria.

Los alumnos y alumnas se apropian de sus proyectos y se convierten así en los verdaderos protagonistas del proceso de aprendizaje. N.G.

Para ello, la docente referente de francés de LH 1 del centro, Andrea Courtade, acude a Donostia todos los días desde Baiona, donde vive. “Los dos primeros años de Lehen Hezkuntza se centran en la enseñanza-aprendizaje de la lecto-escritura. El euskera es una lengua más transparente que el francés, ya que cada letra corresponde a un sonido, y apenas hay letras mudas, por lo que los alumnos aprenden a leer primero en euskera. Después, se introducen los sonidos propios del francés y se aprende a leer y escribir este último idioma”, señala Courtade. A partir de la Primaria, los estudiantes trabajan una tarde por semana en castellano, de manera que adquieren el nivel requerido tanto oral como escrito. 

Contacto con la naturaleza

En cuanto a la metodología, el hecho de trabajar por proyectos permite dar sentido a los aprendizajes. “Este mes, vamos a abordar un nuevo proyecto en torno a los derechos de la infancia. Los alumnos se apropian de sus proyectos y se convierten así en los verdaderos protagonistas del proceso de aprendizaje”, explica la coordinadora de Primaria.

Cada miércoles, la clase se traslada a Zorroaga, donde los niños y niñas pueden explorar y reforzar su relación con la naturaleza. N.G.

Por otra parte, el contacto con la naturaleza es otro de los elementos fundamentales en École Larrun. Todos los miércoles por la tarde, los alumnos disfrutan de una clase en la colina de Zorroaga, próxima al centro, donde tienen la oportunidad de profundizar en sus aprendizajes explorando el entorno y reforzando su relación con la naturaleza. 

Experiencias transfronterizas

Para Ainhoa Aizpuru, directora del centro, el éxito del proyecto radica, en gran parte, en el empuje de los profesionales que conforman el equipo docente: “Somos un equipo joven, lleno de ilusión y plenamente comprometido con el proyecto”, subraya. A día de hoy cuenta con 15 profesionales, la mayoría con experiencias transfronterizas. “Nos apoyamos mucho en intercambios de experiencias para enriquecer el proyecto educativo del centro”, dice Aizpuru. Así, los profesores de Larrun han viajado para conocer otros centros escolares con diversas experiencias plurilingües. Han visitado, entre otros, Andorra (catalán, francés y castellano), la Villa Olímpica de Barcelona (inglés, catalán y castellano) o el centro transfronterizo de Arnegi-Luzaide, en la muga de Navarra y la Baja Navarra, donde se desarrolla también un proyecto lingüístico plurilingüe basado en el euskera, el francés y el castellano. 

Valiosa aportación

“Somos pioneros en Euskadi en la idea de crear un centro escolar verdaderamente transfronterizo”, constata la directora. “Lo que nos diferencia es que no concebimos Larrun como un centro de lengua extranjera en Donostia, sino como un centro escolar local, anclado en el territorio, que incluye el plurilingüismo de los territorios que nos rodean. Donostia, con su rico pasado vinculado con Francia y con su fuerte arraigo a la cultura vasca, es el lugar ideal para establecer un centro transfronterizo”, afirma. 

En ese sentido, desde Larrun destacan la valiosa aportación de este centro escolar plurilingüe, en un territorio como Gipuzkoa, donde una parte importante de los intercambios se realizan con actores francófonos: “El contacto transfronterizo es algo que nos enriquece y nos une, tenemos que dejar de vivir de espaldas a la muga”, reflexiona la directora del centro.

“Somos un centro escolar bien enraizado en nuestro territorio, pero también abierto al mundo”, señala Aizpuru. Por ejemplo, el pasado 23 y 24 de noviembre, el centro participó en Saint-Étienne (Francia) en un taller sobre el translanguaging, y organizado por tres universidades francesas. “Aprendemos mucho de nuestras propias experiencias, pero no queremos aislarnos. Hay tanto que aprender de otros proyectos innovadores y plurilingües en Europa”, concluye con una sonrisa Aizpuru.