La marcha de José Antonio Santano de la Alcaldía de Irun al Ministerio de Tranporte supone el adiós del alcalde más longevo de entre las principales ciudades Gipuzkoa. El aún alcalde irundarra está al frente del Gobierno municipal desde 2002, cuando relevó en el cargo al también socialista Alberto Buen, alcalde de la ciudad desde 1983. Con sus 21 años y dos meses como primer edil, ha superado a su predecesor al frente de la ciudad.

En aquel pleno extraordinario de septiembre de 2002, Santano contó con el voto a favor de la bancada socialista y los seis del PP que lideraba Borja Sémper, con quien se reencontrará en Madrid, mientras que el PNV-EA (con los mismos 8 concejales del PSE, que fue ganador de las elecciones de 1999 por 200 votos), Batasuna e Izquierda Unida se abstuvieron. Su posición en el trámite no tenía ninguna incidencia, ya que los dos socios de gobierno sumaban 14 ediles. 

Seis elecciones

Primer teniente de alcalde hasta aquella fecha, este dirigente casado y padre de dos hijos que siempre se ha declarado "enamorado de Irun" se enfrentó apenas ocho meses después, recién terminada la transformación no exenta de polémica del Paseo de Colón a sus primeras elecciones como cabeza de lista, que sirvieron para deshacer el empate PSE-PNV con el 34% de los votos y un edil socialista más. Aquel mes de octubre se inauguró una infraestructura importante del Irun contemporáneo, como la Feria Internacional de la Costa Vasca (Ficoba).

Mediado ese mandato, el PSE se apoyó de nuevo en el PP. Con casi el 40% de los votos, las elecciones de 2007 fueron las mejores para el socialismo irunés (39,6%), lo que se tradujo en 12 actas (a una de la mayoría absoluta), mientras la segunda fuerza, el mismo PP, por debajo del 16% y 4 ediles. Un panorama que se deshizo en 2011, cuando el PSE cayó de 12 a 9 ediles (31% de los sufragios), y que se dibujó de manera similar en 2015, el 33% de los votos y 10 escaños.

Aquellos años fueron los del impulso de distintas operaciones de desarrollo de vivienda, como el ámbito de Oinaurre, hoy aún foco de tensión del Gobierno local con el Gobierno Vasco a cuenta del tercer ambulatorio de la ciudad. Los choques entre el Ejecutivo municipal y administraciones superiores en materia sanitaria, de infraestructuras viarias (Ronda Sur), política social (residencia de Arbes) o la gestión del colapsado tráfico en fechas estivales han sido una de las tónicas habituales.

Santano y Pedro Sánchez, cuando el hoy presidente español visitó Irun en 2015. Efe

El acuerdo general de la CAV entre el PNV y el PSE permitió a Santano alcanzar un nuevo gobierno con mayoría absoluta en verano de 2015, que se prolongó hasta enero de 2018. Fue entonces cuando los jeltzales, al frente de Urbanismo, anunciaron que habían logrado desbloquear la nueva ordenación de Korrokoitz, uno de los ámbitos simbólicos y abandonados en la Parte Vieja.

Crisis con el PNV

El PSE respondió que faltaban los informes técnicos en lo que fueron los primeros compases de una crisis que siguió con la destitución del portavoz jeltzale y responsable de Urbanismo, Xabier Iridoy, por parte del alcalde. Las otras dos delegadas jeltzales del Gobierno municipal salieron de él y Santano perdió la mayoría absoluta, amén de que la Corporación aprobara una comisión de investigación. El acuerdo del ámbito urbanístico, clave para renovar un casco histórico que ha visto renovados el parque Sargia, el frontón Uranzu y la plaza Urdanibia, ha tenido que esperar aún cuatro años más hasta finales de 2022 para que el Pleno diera luz verde a un acuerdo y a su respectivo Plan Especial.

José Antonio Santano (PSE), en la mesa al fondo, y Xabier Iridoy (PNV), durante un Pleno. Javi Colmenero

El crecimiento del PNV de 5 a 7 ediles en 2019, primera cita tras los hechos Korrokoitz, neutralizó el aumento del apoyo del PSE (al 35,7%), que se quedó en los mismos 10 concejales. 

Los socialistas debieron esperar más de un año para encontrar la tercera pareja de baile estable en la última dos décadas. Tras pactar de manera puntual las Cuentas de 2020 con EH Bildu y Podemos Irun, los socialistas cerraron en noviembre un acuerdo de coalición con la coalición morada.

Acuerdo normalizado en Madrid entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para La Moncloa, fue el primero que ambas siglas firmaban en la CAV, donde regía y aún manda la entente preferencial PNV-PSE desde 2015. Irun era una de las pocas excepciones pactadas, y así sigue.

José Antonio Santano y David Soto, en la firma del acuerdo para los Presupuesto de 2020. Jon Guezala

En mayo de este 2023, el 10-7 a favor del PSE (con el 32,6% de los votos) tampoco ha cambiado. El también vicepresidente de Eudel optó en junio por repartir todas las áreas de la gestión municipal entre cuatro delegados a la espera de cerrar un pacto de gobierno que aún no ha llegado.

Proyectos y Alarde

Entre las actuaciones principales de estas dos décadas, además de las ya citadas se encuentran la inauguración del polideportivo de Azken Portu, pendiente de ampliación tras la salida de Vertiz Ford; el nuevo pulmón verde de la ciudad que es el parque Gain Gainean; la ciudad deportiva de Arretxe-Ugalde, la nueva biblioteca CBA y su posterior ampliación, y el primer tramo de la Ronda Sur realizada junto a la Diputación Foral, mientras que aún quedan pendientes el traslado de las instalaciones deportivas de Plaiaundi y la reforma del obsoleto polideportivo Artaleku con la construcción del nuevo pabellón de Ficoba, así como el remate de la plaza San Juan, una vez el gran proyecto inicial, denominado Ensanjuan2 y aprobado en votación popular en 2005, ha sufrido distintas crisis que han dado al traste con el equipamiento del hotel y del auditorio originales.

En fase incipiente también está la transformación del mar de vías, proyecto conocido como Via Irun, y que vivirá sus primeros cambios notables cuando concluyan las obras que Adif acaba de empezar para construir la nueva estación de tren. Paradojas de la vida, este proyecto estará entre sus múltiples responsabilidades... al otro lado de la mesa institucional.

Desfile del Alarde Mixto en 2023 Iker Azurmendi

Al margen de estos proyectos, Irun ha vivido años marcados por el debate social del Alarde y la participación de la mujer en el desfile como soldado. A lo largo de dos décadas, el alcalde jamás había recibido al Alarde mixto en el balcón del Consistorio, como sí hacía con el desfile tradicional. Veinte sanmarciales después, en 2023 sí lo ha hecho.