“Con voluntad y un poco de tiempo, se puede cambiar la vida de un niño”. Quien habla es Olatz Aranburu, una ordiziarra que sabe perfectamente de lo que habla porque participa, junto con su familia, en el programa Izeba de la Diputación de Gipuzkoa, un proyecto de mentoría de menores tutelados en el que familias o personas solas actúan como tíos y tías acogedores de estos menores para mejorar su calidad de vida.

Aranburu, madre de tres hijas de 19, 17 y 13 años, ha contado este lunes su experiencia como izeba (tía) en dos ocasiones. La primera, "durante el confinamiento", en el que una niña de ocho años acabó pasando tres meses con la familia. "Fue una experiencia muy enriquecedora, no siempre fácil, porque tampoco lo es con los hijos, pero muy enriquecedora", recalcó.

La segunda experiencia, la actual, les ha unido a un chico de diez años con discapacidad, lo que ha hecho que, en esta ocasión, "la adaptación a la situación sea especial". "Intentamos adaptar nuestros planes a sus necesidades", explica esta ordiziarra. En muchos casos, su iloba llega un viernes a la tarde a casa y regresa al centro el domingo al mediodía. "Vamos a ver el fútbol si juegan mis hijas, a la piscina o al monte", señala, aunque reconoce que lo que más le gusta es "disfrutar de una chocolatada con unas madalenas y en buena compañía, así como los cuentos de la noche".

Aranburu ha sido, junto con el de Xabier Eskisabel, uno de los dos testimonios de izeba/osaba que se han escuchado este lunes en la rueda de prensa que la Diputación de Gipuzkoa ha organizado para hacer un llamamiento a nuevas familias o personas para que se incorporen a esta red de acogida que se desarrolla en colaboración con la Fundación Baketik.

"Buscamos 20 nuevas familias voluntarias, personas que ejerzan de tíos y tías para construir relaciones de calidad, cercanas, reparados y significativas", ha explicado la diputada foral de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña, quien ha querido incidir en que "cualquier persona puede ser familia voluntaria".

Charlas sobre el programa

  • Nuevos voluntarios/as: Con el objetivo de conseguir que más personas se involucren en el programa Izeba que promueven la Diputación de Gipuzkoa y la Fundación Baketik, se han organizado unas charlas donde se resolverán dudas y se contará también con el testimonio de participantes
  • 14 de noviembre en la Casa de Cultura de Segura
  • 20 de noviembre en el Gaztegune de Donostia
  • 29 de noviembre en KulturAte de Arrasate

A diferencia de otros programas de acogimiento, Izeba tiene la cualidad de que se adapta a la situación de cada voluntario, como ha explicado Aranburu: "Según el tiempo que tengas, tu ritmo de trabajo... Puede ser una tarde o un fin de semana, cada uno lo adecua a su vida". En definitiva, se trata de sacar algo de tiempo para acompañar a niñas, niños y adolescentes de entre 8 o 17 años que "han tenido o tienen infancias muy duras". "Jóvenes migrantes sin referentes, menores con necesidades especiales, niños con discapacidad..." , ha enumerado la diputada foral sobre los casos que participan en este programa para el que las familias "se convierten en referentes en el día a día". "Se trata de compartir un poco de tiempo", ha añadido, por su parte, Kristina Soares, responsable de la Fundación Baketik, quien ha incidido en el derecho de los "menores en situación de vulnerabilidad a sentirse acompañados".

Los resultados, según han explicado los participantes presentes en la rueda de prensa, son más que visibles. "Con cosas pequeñas como que les cuentes un cuento a la noche, o ver la tele tranquilos en el sofá se sienten gusto. Eso es lo que hacemos, darles el ambiente de una familia normalizada", ha explicado Xabier Eskisabel, uno de los osabas del programa, quien considera que el objetivo es "entrar en la dinámica familia y ofrecerles esas cosas normales" de las que carecen en un centro de acogida, a pesar del esfuerzo de los y las cuidadoras. "El cariño de la familia es lo que les falta y lo que necesitan", ha añadido, en este sentido, Aranburu.

El programa cumple 14 años y, desde su puesta en marcha, y por él han pasado más de 300 familias. Este año, por ejemplo, son 87 las relaciones que siguen tejiendo entre menores y voluntarios, aunque hay todavía 11menores que están a la espera de una izeba o un osaba que quiera acompañarles y compartir algo de tiempo con ellos y ellas. Con el llamamiento actual que han hecho este lunes los responsables forales y de la Fundación Baketik, el objetivo no es solo lograr acompañantes para estos once menores, sino también para las necesidades que vayan surgiendo de cara al año que viene con menores que necesitan de referentes y que, incluso, siguen siéndolo cuando acaba el papel de tutela de la Diputación al cumplir la mayoría de edad. "Son más de 145 jóvenes que participaron en este programa y que, a pesar de ser mayores de edad, siguen manteniendo el contacto con sus izebas y osabas", ha recalcado Maite Peña.

Red de acogimiento foral

Programa Izeba:

  • Cumple 14 años
  • Lo impulsa la Diputación de Gipuzkoa y la Fundación Baketik
  • Más de 300 familias han participado desde 2009
  • En la actualidad se promueven 87 relaciones entre menores de entre 8 a 17 años y voluntarios
  • Hay 11 menores a la espera de una izeba o un osaba
  • Cualquier persona en solitario o familia puede ser voluntaria

Acogimiento residencial

Actualmente hay 415 menores tutelados que viven en acogimiento residencial en Gipuzkoa y 349 con familias de acogida