Los tres encierros de las fiestas de San Juan de Arrasate se han desarrollado con absoluta normalidad, lejos de los momentos de verdadero pánico que se vivieron en la mañana del 24 de junio del año pasado, cuando decenas de jóvenes quedaron atrapados en la entrada al coso portátil. Afortunadamente no hubo que lamentar heridos graves, más allá de los golpes derivados del ‘tapón humano’ que se originó en el acceso a la plaza de toros tras el tropezón de una joven, y el embiste de los astados.

Un año después, las imágenes que de viernes a lunes han dejado los encierros arrasatearras han sido bien diferentes. Durante estos días el Ayuntamiento ha aumentado las medidas de seguridad, con un mayor control en los accesos y refuerzo del vallado en todo el recorrido que atraviesa parte de Erdiko kale, Kanpatorpea y la puerta del cantón de Iturriotz, hasta desembocar en la plaza José María Arizmendiarrieta, donde se instala el coso taurino.

Además, al inicio de cada carrera delante de las vaquillas y cabestros por megafonía se han anunciado y recordado las normas de participación. “Según el Decreto 183/2008 que aprueba el Reglamento taurino de Euskadi no se permite tomar parte en espectáculos taurinos tradicionales a menores de 16 años, que únicamente pueden asistir como espectadores; tampoco a personas que se encuentren bajo la influencia de bebidas alcohólicas o sustancias estupefacientes o psicotrópicas, o tengan facultades volitivas disminuidas”, se ha escuchado por el altavoz de sábado a lunes. Se ha insistido, asimismo, en que cada persona “asume la responsabilidad del riesgo que supone su participación”, porque se trata de un acto “libre y voluntario. Todas estas advertencias se han incluido también en el programa festivo que el Consistorio ha buzoneado en los hogares del municipios.

Los tres encierros de los días 24, 25 y 26 de junio y la posterior suelta de vaquillas son, sin duda, uno de los eventos más concurridos de los sanjuanes de Arrasate. 1.400 personas, el tope del aforo permitido, disfrutaron del primer día del espectáculo en la plaza de toros –otras muchas, que se quedaron sin entrada, lo hicieron desde la calle-. El domingo por la mañana la afluencia de corredores y público mermó algo, y ayer, en el último día de fiestas, el ambiente fue de nuevo inmejorable.

Todos los encierros han sido limpios y rápidos, sin sobresaltos. Sin la tensión y el nerviosismo que se vivió en la pasada edición. “Con más medidas, la participación ha sido alta en las tres jornadas y no se han registrado incidentes”, destacaron ayer fuentes del Gobierno municipal.

Desde la barrera, en el graderío, Julen ha vivido “más tranquilo” la cita taurina de los sanjuanes. En la mañana del 24 de junio del año pasado, este arrasatearra de 18 años fue uno de los y las muchas jóvenes que vivió en sus propias carnes “los cinco angustiosos minutos” de la montonera formada en la plaza. Esta vez ha preferido degustar la fiesta “desde la grada”, y se alegra de que todo “haya discurrido con normalidad”.