En Urretxu y Zumarraga, hablar de Aspace es hablar de Imanol Garro: trabaja en el centro de día de Urretxu desde que se puso en marcha. Ha desarrollado toda su vida laboral en Aspace. Comenzó con 18 años y se jubilará el 31 de marzo. 45 años dedicado a mejorar la vida de las personas con parálisis cerebral.

Garro no sabía lo que era la parálisis cerebral cuando comenzó a trabajar en Aspace. “Estudié Formación Profesional. No me gustaba, pero no sabía qué me gustaba. Con 18 años, supe que Aspace iba a abrir un local en Urretxu y que necesitaban un hombre. No sabía lo que era la parálisis cerebral, pero decidí presentarme. En aquellos tiempos, no conocíamos a los vecinos que tenían parálisis cerebral: como no había centro de día en el pueblo, pasaban largas temporadas en el sanatorio de Gorliz”.

El centro de Urretxu se abrió a finales de los años 70 y necesitaban un hombre porque en aquellos tiempos hacía falta fuerza física. “No había grúas ni sillas con motor. Además, las furgonetas no estaban adaptadas. No tenían rampa. Íbamos de casa en casa y subíamos a los usuarios a la furgoneta a pulso”.

Desde entonces han pasado 45 años. Ha completado toda su vida laboral en Aspace. “Soy fruto de Aspace. Una persona y un trabajador moldeado por Aspace. Es donde me he desarrollado como persona. El centro Aspace de Urretxu es lo más importante de mi vida”.

Ha hecho muchos amigos. “Los que llegaron al centro de día de Urretxu siendo niños, hoy en día son adultos: Iban Arenas, Ángel Begiristain, Javier Martínez... Los adultos de la primera época eran de mi edad, muy jóvenes: Juanjo Odriozola, Miguel Ángel Gómez, César Campos... Con Miguel Ángel he pasado más tiempo que con mi familia: siempre he sido su tutor y, como él era el portavoz de los usuarios, siempre hemos trabajado juntos. En 1978 no sabía nada sobre la logopedia o la tetraparesia y él fue mi profesor”.

También recuerda con cariño a todos sus compañeros de trabajo. “Marga, Txus Arozena, Ana Arnaez... Nunca olvidaré a Javier García, jefe del servicio de adultos. Fue un pionero y, desgraciadamente, falleció antes de tiempo. Mis actuales compañeros también son grandes personas y grandes trabajadores. Forman un grupo de trabajo impresionante. Que sigan así y que ayuden al siguiente responsable tanto como me han ayudado a mí. Y a los usuarios y a sus familiares quiero darles las gracias por haberme facilitado tanto las cosas y por haberme dado tanto cariño. Seguiré estando con ellos”.