Organizado por la fundación sabino Arana, esta tarde (19.00 horas) en el Parador Carlos V de Hondarribia, va a tener lugar una charla sobre la figura del comandante del ejército vasco durante la Guerra Civil Candido Saseta. la conferencia se titula "Kandido saseta. una vida al servicio de Euskadi" y correrá a cargo de Gorka Ortega, investigador independiente, y Koldo Ortaga, historiador.

Saseta fue el encargado de organizar y dar estructura a las milicias vascas, enroladas en Eusko Gudarostea, de las que más tarde pasaría a ser jefe. Entre el 5 y el 31 de agosto, bajo su dirección, 1.280 personas se alistaron voluntariamente.

Candido Saseta fue el responsable de coordinar la defensa y la resistencia de Gipuzkoa, y disputó cada palmo de terreno. Fue esta resistencia en el territorio guipuzcoano la que hizo posible la aprobación del Estatuto de Autonomía, el 1 octubre de 1936, y la creación del primer Gobierno Vasco, en cuyas manos quedó el control y la coordinación de la guerra en Euskadi.

Al frente de la Comandancia de Azpeitia, de marcado carácter nacionalista, Saseta tuvo como primera misión organizar la línea de defensa entre las localidades de Asteasu, Aduna y Zizurkil. Y, a finales de agosto, lideró a los gudaris en los combates de Andatza, Andatzarrate y Ventas de Zarate.

Candido Saseta fue el responsable de coordinar la defensa y la resistencia de Gipuzkoa, y disputó cada palmo de terreno. Fue esta resistencia en el territorio guipuzcoano la que hizo posible la aprobación del Estatuto de Autonomía, el 1 octubre de 1936, y la creación del primer Gobierno Vasco, en cuyas manos quedó el control y la coordinación de la guerra en Euskadi.

El 9 de febrero de 1937, cuando tenía 32 años, fue ascendido a comandante por orden de la Presidencia del Gobierno Vasco. Ese mismo mes de febrero, tras un acuerdo con el Ejecutivo Republicano, el Gobierno Vasco trasladó a Asturias dos brigadas para avanzar sobre Oviedo. Candido Saseta comandaba la expedición de la Segunda Brigada formada por los batallones vascos: Amayur, Eusko Indarra, Ariztimuño, Prieto y Perezagua.

El 21 de febrero, tras cruzar el Nalón, llegaron hasta la localidad de Areces, pero, tras haber combatido sin descanso durante cerca de 60 horas, tuvieron que retirarse a la posición inicial. El 23 de febrero de 1937, sobre el campo de batalla, quedaron los cuerpos del comandante Saseta y de otros 187 gudaris –la mayoría guipuzcoanos– de los batallones Amaiur y Euzko Indarra.

La muerte en Asturias de Candido Saseta causó gran conmoción y, en su funeral, recibió honores de Estado. Según numerosos testimonios, fue un jefe dispuesto a arriesgar su vida en defensa de los suyos, valiente, capaz de suscitar entusiasmo y preocupado por sus hombres, siempre el primero en el ataque y el último en la retirada.

Una investigación de Aranzadi hace unos años, consiguió rescatar sus restos, que fueron trasladado al cementerio de Hondarribia.