El hombre para el que la Fiscalía pide once años y medio de cárcel, acusado de dar fuego en Irun a la casa de sus exvecinos con una mujer dentro, ha negado este lunes haber sido el autor del incendio y ha afirmado que aquella noche la pasó con unos amigos que lo acompañaron a su casa.

El Ministerio Público imputa al procesado un delito de incendio con riesgo para la vida de las personas y otro de quebrantamiento, ya que el hombre supuestamente se aproximó a la vivienda de las víctimas cuando ya constaba en su contra un mandato judicial que le impedía hacerlo.

Durante la primera sesión de la vista oral por estos hechos, celebrada este lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, el procesado, aquejado entre otros de un trastorno psicótico no especificado y por un trastorno por consumo de drogas, ha negado haber dado fuego al bajo en el que se encontraba la residencia de sus exvecinos.

El inculpado ha argumentado que la noche del 18 de diciembre de 2017 estuvo con dos amigos en un café de Irun desde las 21:00 horas hasta la una o las dos de la madrugada, momento en el que se sintió "mal" por el alcohol que había ingerido y porque se estaba medicando.

"Me sentía fatal", ha precisado este hombre, quien ha aclarado que sus amigos le pidieron que no cogiera el coche en esas condiciones, aunque no les hizo caso, por lo que éstos decidieron seguirle con otro automóvil por detrás.

No obstante, al llegar a un túnel, a él se le fue el vehículo "porque llovía muchísimo" y se estrelló, así que finalmente accedió a que sus amigos lo llevaran a su casa, tras lo que se metió en la cama con la intención de llamar a una grúa al día siguiente para que recogiera el turismo accidentado.

El encausado ha comentado también que, aunque al principio se llevaba bien con su exvecino, éste le tenía "mucho odio" a él y llegó a rayarle el coche. "Todos los vecinos le tenían miedo", ha descrito porque "hacía ruido por las noches" y andaba con "cosas robadas", ha concluido. con nuevos testimonios.