El hotel Ordizia abrió sus puertas en la Semana Santa de 2021 y no tienen datos para compararse con el escenario prepandémico, pero sí constatan que está siendo un buen verano, al menos tanto como lo fue el del año pasado. “Estamos contentos. Está siendo un buen verano, similar al del año pasado. Quizás el grado de ocupación ha bajado un poco, pero la gente se queda más tiempo. Hemos notado que así como el año pasado venían muchas familias de paso que hacían una noche, este año ya se quedan tres o cuatro noches”, explica el responsable del establecimiento, Eñaut Gereñu.

En lo que respecta a los viajeros , Gereñu confirma que catalanes y andaluces copan la mayor parte de la clientela, si bien cada vez son más los franceses o alemanes que escogen este hotel del Goierri para pasar más de una noche.

Sin embargo, en el marco de esta tendencia al alza, no todo son buenas noticias. Gereñu hace hincapié en que en este contexto de precios disparados que afecta a todas las economías domésticas se traduce también al sector de los hoteles, que han visto mermada su rentabilidad: “Todo ha subido: la comida, la electricidad, el gas… En cuanto a rentabilidad, hemos perdido mucho, porque aunque hemos subido algo el precio con respecto al año pasado, no se compensa con lo que han subido los gastos”.

En Hondarribia, Pedro Ibarretxe, director del hotel Río Bidasoa, también observa que pese al optimismo que despiertan los datos de julio, los establecimientos están trabajando con márgenes comerciales “muy justos”. En su caso, a la subida de los precios, principalmente de los aprovisionamientos, se suma que el hotel ha cambiado de dueños hace escasamente seis meses, por lo que está inmerso en una serie de mejoras. “En nuestro caso, no hemos subido los precios con respecto a 2021, los hemos contenido todo lo que hemos podido porque entendemos que tenemos que hacer muchas inversiones de mejora que ya hemos empezado en el exterior del hotel, en el jardín, la piscina… pero la competencia sí lo ha hecho. Somos el 4 estrellas más barato de la zona, pero sí, el margen comercial es menor”, señala este hotelero que reconoce que está siendo un “buen año”. “Hay mucha ocupación y aunque hemos tenido que cerrar algunas plazas por la reforma, hemos hecho prácticamente pleno en todo lo que hemos sacado a la venta”, señala.

Con respecto a los clientes, confirma un cambio de tendencia: “Antes de la pandemia, la mayoría eran extranjeros, pero luego, estos dos últimos años, apenas llegaba gente de fuera, eran todos nacionales. Ahora, sin embargo, vuelve a haber mucho extranjero, principalmente francés, aunque también de dentro de la Unión Europea y está volviendo el cliente americano”, explica.

Con respecto a la estancia media, reconoce que todavía son más cortas que en prepandemia, aunque más largas que el pasado año. Y aunque carece de datos todavía, sí asegura que los clientes pasan “varias noches” y que las estancias están siendo “más largas en agosto”.

Maite Alaba, directora del Hotel Tres Reyes de Donostia, confirma que está siendo “un muy buen verano”, y lo que es mejor, que las previsiones son “buenas” para otoño e invierno. Y es que tal y como recuerda, “aquí lo importante es hacer un balance de todo el año, porque no vivimos solo del verano”.

En su caso, el auge del turista extranjero es más que evidente: en julio, el 75% de las reservas las han realizado clientes de fuera, especialmente franceses e ingleses, aunque también holandeses y del otro lado del Atlántico, principalmente estadounidenses y sudamericanos. Esto provoca también que las estancias medias suban y en el Tres Reyes se sitúen rozando las tres noches.

No obstante, Alaba admite  una reducción de la rentabilidad de su establecimiento a consecuencia del alza de los precios. “Los suministros están mucho más caros”, reconoce, y aunque admite que los precios por noche se han incrementado, defiende que “ya antes de la pandemia había precios elevados en Donostia, pero al cliente extranjero no le parece caro en relación a la calidad de los servicios que prestamos”.