a esperanza de vida es cada vez mayor. Vivimos más y queremos vivir mejor. Para contribuir a que así sea las administraciones han activado distintos recursos, según les corresponda por reparto competencial.

El Ayuntamiento de Donostia tiene en marcha el recurso Goizaldiak, dirigido a personas mayores frágiles pero que todavía no se encuentran en la situación de acceder a los recursos gestionados por la Diputación, como son los Centros de Día.

La propuesta de Goizaldiak funciona a modo de “transición” y resulta desconocida por buena parte de la ciudadanía, que vincula este tipo de recursos con un mayor grado de dependencia, por lo que no resulta extraño que ante la invitación a tomar parte en esta iniciativa municipal los familiares respondan: “Mi ama o mi aita no está para un centro de día”.

Goizaldiak, a trazo grueso, pretende favorecer la socialización de las personas mayores que, en muchos casos, optan por salir cada vez menos de sus hogares. Con un programa de actividades sencillo, Goizaldiak funciona de lunes a viernes, tres horas diarias.

Se plantea como un recurso de proximidad, que funciona en el barrio. De momento, ya está en marcha en Egia, Asociación Egiatarra; Bidebieta, Asociación Guardaplata; Altza, Asociación Casa Nao; y Gros. En este caso Goizaldiak se ofrece en un local de la plaza Nafarroa Behera, junto a la sede de la asociación de vecinos del barrio.

Desde el Ayuntamiento de Donostia, explicó la concejala de Acción Social, Aitziber San Roman, se quiere dar impulso a este recurso llevándolo a otros barrios que serán: el Centro, en el Hogar del Jubilado Jatorra, El Antiguo, en un local próximo al Centro de Servicios Sociales; en Amara, de la mano de Gure Egunsentia; y en Itxaurrondo, con Intxaurralde.

A lo largo de 2020 fueron 19 las personas que solicitaron acceder a este servicio, que fue utilizado por un total de 39 personas.

Estos servicios de atención diurna para personas mayores frágiles y con una valoración de dependencia de grado uno son recursos que, reconocen Aitziber San Roman y la jefa de área municipal de Tercerra Edad y Discapacidad, Almudena Esteberena, a los que les está costando cuajar, aunque una vez la persona usuaria da el paso de acudir a los mismos “suele quedarse. Empieza y sigue”.

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Son estos servicios “de cercanía” y en esa cercanía está su principal virtud pero también, quizá, su escollo. “La gente se anima si vive muy cerca, porque estamos hablando de personas mayores, que en muchos casos tienen problemas de movilidad. Pero una vez que se animan, pocas se descuelgan”, explica Esteberena.

Es esta una oportunidad para salir de casa y compartir tiempo y actividades. “En muchos casos es el personal de ayuda a domicilio quien les ayuda a vestirse y les acompaña en su desplazamiento”, informa.

“Normalmente las personas a las que va dirigido este recurso no vienen a demandarlo”, explica. “Creemos que es un recurso comunitario absolutamente necesario pero que necesita que se conozca. Es importante para las familias que sepan que en cada centro estarán tres horas al día, saldrán de casa. Se resuelve una plaza y hay un compromiso para acudir a diario, con toda la flexibilidad que se pueda tener tomando en cuenta su situación”.

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Cuenta Esteberena la anécdota de una de las mujeres usuarias del servicio. “Se pasaba horas y horas en un banco hasta que se le acercó una compañera y le preguntó qué hacía y le informó del servicio. Vino y se quedó”.

Las actividades que se plantean son “sencillas”, las que gustan a las personas usuarias: charla, información, gimnasia pasiva, sencillas sesiones, con tablet, lectura, bingo... “Son personas mayores a las que les gusta una vida tranquila y una actividad tranquila”. Y eso es lo que se ofrece en Goizaldiak, además de la posibilidad de compartir una rato con iguales, de “no aislarse”.

“Algunas van haciendo relaciones, acuden a la cafetería del Hogar y se van animando”, apunta San Roman.

“Está a medio camino entre lo que se hace en un Hogar del Jubilado de manera abierta para el conjunto de usuarios y la oferta de los Centros de Día. La atención la prestan psicólogas”, abundó Esteberena.

“Estos servicios pretenden trabajar en la mejora de la salud físico-emocional de las personas usuarias pero, sobre todo, se busca la interrelación con otras personas y la creación de redes”, destacó la concejala de Acción Social. “Este es el cometido que corresponde al Ayuntamiento, que no es lo mismo que los Centros del Día, pues no estamos hablando del mismo grado de dependencia”.

A la hora de activar este servicio en un Hogar del Jubilado u otro el Consistorio toma en cuenta “la proximidad, el número de personas mayores de la zona y que el centro disponga de un espacio adecuado”. En algunos casos cuando en el propio Hogar del Jubilado no se puede destinar un espacio con este fin se busca otro emplazamiento, a poder ser en una localización cercana.