El jefe operativo de la Ertzaintza que coordinó la investigación del crimen de Gros ha mantenido este jueves que el presunto autor de la muerte de un hombre de más de 40 cuchilladas el 14 marzo de 2020 en Donostia cometió una "acción de venganza".

Este policía, que ha declarado en la cuarta jornada del juicio con jurado que se sigue desde el lunes en la Audiencia de Gipuzkoa por estos hechos, ha aportado nuevos datos sobre la investigación policial del asesinato, que en su opinión fue producto de una "acción de venganza" del acusado por la actitud que momentos antes la víctima había tenido con su novia en un pub del barrio donostiarra de Gros.

A primeras horas de la madrugada, los tres habían coincidido en este establecimiento donde el fallecido intentó bailar con la novia del procesado, lo que dio lugar a un incidente tras el que tanto la chica como el acusado abandonaron el local.

No obstante, según ha relatado este policía, el inculpado regresó unos diez minutos más tarde con una ropa distinta y, a tenor de lo registrado por las cámaras de seguridad, con el "objetivo marcado" de localizar a su víctima, a la que sacó fuera con "prisa" tras conversar con él, llegando a agarrarle de la cazadora cuando el portero del establecimiento le impidió abandonarlo con la consumición que llevaba.

Según ha recordado, fueron los restos de ADN que este contacto dejó en la cazadora de la víctima los que, cotejados más tarde con el perfil genético de una colilla de tabaco desechada por el procesado, permitieron identificarlo avanzada la investigación.

Este policía ha desvelado igualmente que en la inspección ocular de la vivienda del procesado se descubrieron restos de sangre de la víctima en la puerta de entrada, un hecho que ha atribuido a una posible "trasferencia" de gotas del arma cuando regresó al piso tras supuestamente cometer el crimen.

El investigador ha relatado asimismo que, a pesar de que en las imágenes grabadas el encausado aparece con ropa distinta, pudo ser descubierto gracias a su forma de andar "específica", su manera de bailar en el pub y a que en unos fotogramas de las grabaciones se apreció que llevaba pelo corto y una barba "ligera".

Ha atribuido además a un intento de "despistar" a la policía los dos cambios de domicilio que el acusado realizó tras el crimen, a pesar de las limitaciones de movilidad decretadas ya por la pandemia, algo a lo que también responde, a su entender, el cambio de terminal de su teléfono móvil a las pocas horas del crimen.

Respecto a la novia del inculpado, que se sienta junto a él en el banquillo de los acusados por presuntamente encubrirlo tras el crimen, este agente ha comentado que inicialmente dijo que no conocía "de nada" al procesado, aunque luego fue cambiando su versión.

En otro momento de la sesión, ha declarado otro ertzaina que realizó una inspección ocular de la plaza de Cataluña, donde se produjo el crimen, junto a un testigo presencial que vio lo ocurrido mientras paseaba a su perro aquella mañana, al que ha definido como un testigo "fantástico" y "excepcional" que, entre otros datos describió la ropa que vestía el agresor y cuyo testimonio permitió, más adelante, localizar la vivienda en la que residía el presunto asesino.

Según ha relatado el agente, este hombre escuchó unos gritos y decir "vale, perdona, perdona", procedentes de la citada plaza, donde presenció lo que en un primer momento le pareció una pelea entre borrachos a puñetazos, aunque según se fue acercando el agresor se levantó dejando al otro hombre tendido en el suelo con manchas de sangre.

En la vista han declarado también numerosos agentes que analizaron los tránsitos de las antenas de telefonía, que sitúan al acusado y a su novia aquel día en la zona de los hechos, así como las cámaras de seguridad de distintos locales cercanos.

En concreto, uno de ellos ha detallado que, pocos minutos antes del crimen, la cámara de un autobús registró al acusado y a la víctima procedentes de la zona del pub en el que tuvo lugar el altercado inicial, en dirección a la Plaza de Cataluña, en la que sucedió el apuñalamiento.

Al igual que en días anteriores, la jornada, que aún sigue con los testimonios de varios policías, ha vuelto a estar marcada por los desplantes del acusado al fiscal, por lo que la presidenta del tribunal se ha visto obligada a reconvenirle en distintas oportunidades.

Está previsto que el juicio se reanude mañana con nuevas declaraciones de testigos.