Gipuzkoa ha avanzado en las últimas décadas en la gestión, separación y tratamiento de sus residuos, pero todavía queda conciencia individual y colectiva por trabajar, a tenor de los 536 puntos de basura dispersa que la Diputación identificó en el territorio en el año 2020. De entre todos ellos, ya se actuó sobre 67 el año pasado, donde se recogieron casi 55 toneladas de desechos, dentro del primer plan del Gobierno foral para luchar contra este problema medioambiental.

Así lo ha hecho saber el Ejecutivo guipuzcoano esta mañana, en un acto en el que se han presentado los datos de evolución de ese plan de gestión, y en el que han participado el diputado de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, José Ignacio Asensio, y la directora de Medio Ambiente, Mónica Padreira.

Pero, ¿qué es exactamente la basura dispersa? Se trata de puntos de acumulación de desechos, más allá de los contenedores o los puntos limpios específicamente destinados con tal fin. Los residuos en los márgenes de los ríos, de camino a la montaña, en los alrededores de un polígono industrial o incluso en zonas rocosas cercanas a una playa se encuentran bajo este paraguas. En cuanto al tipo de basura, puede ser de procedencia ciudadana o industrial y de componentes tan diversos como latas, textil, muebles, colchones o incluso neumáticos.

Con el objetivo de atajar el problema de esos “focos de contaminación”, como los ha denominado hoy Asensio, el departamento de Medio Ambiente llevó a cabo en 2020 un primer estudio para analizar la situación territorial. Y así fue como se localizaron 536 focos de basura dispersa; 44 en entorno costero, 359 en zona terrestre y 133 en ubicaciones fluviales.

Tras ese diagnóstico ambiental se preparó un plan a cuatro años vista, para mejorar la realidad sobre la basura fuera de lugar. El proyecto, con una partida de 600.000 euros, a repartir en 150.000 euros anuales, pretende solucionar el problema y que la basura dispersa sea historia para 2024.

Este pasado 2021, el plan cuatrienal ha dado sus primeros pasos y se han desarrollado diversas actuaciones para contrarrestar el abandono de residuos. Por un lado, la propia Diputación se ha dedicado a la recogida de basuras dispersas en los ríos Deba, Mijoa y Oria, una labor realizado a lo largo de un total de 37 kilómetros, donde se han recuperado 17,7 toneladas de desechos. Llaman especial atención las más de dos toneladas de neumáticos localizadas, además de las 4,3 toneladas de una variedad de colchones, muebles o textiles.

Por otra parte, se ha creado una línea de subvenciones para ayudar a los ayuntamientos en la tarea de prevenir y corregir focos de acumulación. Mediante un presupuesto de 51.341,37 euros, consistorios de Alegia, Legazpi, Ibarra, Beasain, Ordizia, Azpeitia o Villabona han podido recoger un total de 30,5 toneladas de basura dispersa en espacios fluviales y terrestres, así como instalar elementos que eviten que algunos residuos lleguen a los ríos.

Y es que gran parte de la competencia en torno a los residuos es de los propios municipios. Así lo ha confirmado Pedreira, al constatar que la Diputación no posee “carácter sancionador” en esta problemática. Ha informado que algunos ayuntamientos ya han comenzado con procesos que desembocan en multas económicas, si bien ha reconocido que a veces es “difícil identificar” a quién pertenecen los desechos, especialmente cuando se abandonan es espacios públicos.

La Diputación también ha apoyado a lo largo de 2021 iniciativas externas de recogida de residuos, como la realizada el pasado 6 de noviembre en la marisma de Txingudi por Surfrider, o la del 21 del mismo mes en los alrededores del río Leitzaran por la Real Sociedad.

Por último, y para cerrar el ciclo de actuación del año pasado, se ha constatado la situación del inventario de los focos de basura dispersa localizados en 2020. De los 536 hallados, se ha podido proceder a la limpieza de 67, un 12,5% del conjunto, y con una recogida de 54,6 toneladas de desechos. 34 focos son correspondientes al entrono fluvial, 27 al costero y 6 al terrestre. Además, cabe señalar que se han identificado 12 nuevos “vertidos o depósitos de residuos sólidos”, tras las actas medioambientales levantadas por la Ertzaintza. Ya se ha procedido a la retirada de siete de es nueva docena.

De cara a este 2022, el departamento de Medio Ambiente tiene previsto un presupuesto de 75.000 euros en concepto de subvenciones para que los ayuntamientos sigan instalando en los entornos más proclives a la acumulación de basuras dispersas, elementos que prevengan los focos. Hay también una dotación de 75.000 euros para la recogida de residuos en ríos y costa. Más allá de de esto, hay también en marcha campañas de información, sensibilización y formación, tanto para “visibilizar la problemática existente”, como para generar “un cambio de hábitos”.

Asensio ha apelado a seguir un camino de “ejemplaridad, que tiene que ser eliminar por completo” los focos de basura dispersa. “No deja de ser una situación que generamos nosotros, los guipuzcoanos, y las empresas del territorio”, ha insistido, al tiempo que ha afirmado creer que el sistema de recogida de residuos de Gipuzkoa “seguramente sea mejorable, pero es un sistema que funciona magníficamente bien”.