“En el siglo XVI estaban de moda los pantalones greguescos y se pedían créditos para poder comprarlos”
Antonio Prada, archivero del Ayuntamiento de Zumarraga, ha escrito el libro ‘Historia de Zumarraga en el siglo XVI’. Lo presentará el sábado, a las 11.30, en la casa de cultura
zumarraga - ¿Cómo es su día a día en el ayuntamiento?
-Archivo todos los expedientes del Ayuntamiento. Además, si el alcalde o algún concejal tiene entre manos un tema relacionado con la historia, le ofrezco asesoramiento. También busco los documentos relacionados con Zumarraga que se encuentran en otros archivos. Las escrituras de nuestros escribanos, por ejemplo, están en Oñati. Los escribanos eran lo que hoy en día son los notarios. En Oñati digitalizan los libros y me los pasan, para que yo haga fichas de todas escrituras. Tras hacer las fichas de todas las escrituras del siglo XVI (más de 8.000) me di cuenta de que tenía mucha información sobre la Zumarraga de aquella época y le propuse al alcalde escribir un libro.
¿Cómo era Zumarraga en el siglo XVI?
-Era un pueblo pequeño de unos 900 habitantes. Muchos vivían de la agricultura y la ganadería, pero también había una gran ferrería, varias fraguas y algunos sastres y comerciantes.
¿De quién era la ferrería?
-La casa-torre Legazpi tenía a su lado una ferrería y un molino. Conseguían un hierro muy bueno. En Legazpi había muchas ferrerías, pero el hierro de Zumarraga era más fino. Debido a ello, el hierro de aquí era más caro que el de Legazpi.
¿Ha encontrado alguna curiosidad?
-Hay mucha información relacionada con la moda. ¿Por qué? Si pagas en mano no necesitas hacer una escritura, pero en aquellos tiempos muchas compras se hacían a crédito. He encontrado muchas escrituras relacionadas con la compra de ropa.
¿La ropa era muy cara o es que se le daba mucha importancia a ir a la moda?
-Parece que se le daba mucha importancia a ir a la moda. Entre los hombres estaban de moda los pantalones greguescos y estos eran muy caros. Los pobres también querían greguescos y pedían un crédito para poder comprarlos. Los greguescos son los pantalones cortos que llevaba Carlos V. Como eran cortos, los hombres necesitaban también medias. Las mujeres siempre iban con vestido y, por lo tanto, no necesitaban medias.
¿Alguna otra curiosidad?
-He encontrado muchos acuerdos relacionados con la formación. Lo que hoy en día es la Formación Profesional, en aquella época se hacía mediante acuerdos. Si un baserritarra tenía más de un hijo, el mayor se quedaba en el caserío y el resto tenían que aprender un oficio. El padre se ponía en contacto con un una persona que tenía un oficio (albañil, carpintero, sastre, comerciante...) y le pedía que le enseñara el oficio a su hijo. Durante algunos años el hijo trabajaba para él, a cambio de techo, comida y aprendizaje. Los que no tenían trabajo también se ofrecían para trabajar de morroi, a cambio de techo, comida y aprendizaje.
Para escribir el libro se ha basado en el trabajo realizado por los escribanos de la alcaldía mayor de Areria. ¿Qué era la alcaldía mayor de Areria?
-El Ayuntamiento de Zumarraga se creó en 1660, cuando Zumarraga consiguió ser independiente. Hasta entonces formó parte de la alcaldía mayor de Areria. Bajo esta alcaldía estaban también Lazkao, Ezkio, Gabiria, Olaberria y Arriaran. Después, también Ormaiztegi. Durante muchos años, esta alcaldía la controló el Señor de Lazkao.
¿Cuál era la situación de Urretxu y de Legazpi?
-Urretxu era una villa independiente, pues el rey la fundó así a petición de varios zumarragarras que querían escapar del control del Señor de Lazkao. Legazpi, por su parte, estuvo a merced de Segura. Los legazpiarras le pidieron ayuda a Segura para dejar de estar bajo el dominio del Señor de Lazkao. Segura también era una villa.
¿Cómo era la relación entre Urretxu y Zumarraga?
-Similar a la de hoy en día. Compraban juntos lo que no podían producir para que les saliera más barato. Por ejemplo, el vino y el aceite. Tenían buena relación, pero también hubo algún conflicto. Zumarraga hizo un puente cerca de donde hoy en día se encuentra la estación y Urretxu dificultaba el paso porque prefería que los que entraban por Eitzaga y se dirigían a Bergara cruzasen el río por lo que hoy en día es Kalebarren para que tuviesen que atravesar Urretxu.