El mirador de la Casa Unzeta recuperará su imagen original
El edificio bergarés lucirá una réplica de este elemento arquitectónico del siglo XIX
bergara- El mirador de la Casa Unzeta cuenta las horas para volver a lucir en todo su esplendor. El sensacional elemento arquitectónico que le da un toque de distinción al edificio del siglo XVII que se levanta en el número 46 de la calle Bidekurutzeta de Bergara recuperará su imagen primitiva, gracias a la minuciosa tarea artesanal que se ha llevado a cabo para reproducir la pieza colocada hacia 1870. El avanzado estado de deterioro del mirador obligó a descartar una rehabilitación al uso, para en su lugar realizar una réplica de la construcción original que podrá contemplarse a partir de la próxima semana, una vez se retiren los andamios de obra.
El aspecto actual de la Casa Unzeta es consecuencia de la remodelación a la que fue sometido el inmueble en la segunda mitad del siglo XIX. En esa época, su propietario Juan José Unzeta Urkijo, además de restaurar todo el interior de la casa, transformó la huerta en un jardín romántico y le añadió al edificio un elegante mirador de madera y vidrio, al que se accedía mediante una escalera de caracol que unía la vivienda con el jardín paisajístico. Parte de este último dio paso en 2006 a la construcción de la carretera que atraviesa la calle Ramón María Lili. La expropiación de terrenos se fijó entonces en unos 12.000 euros que el Ayuntamiento entregó al actual dueño de la Casa Unzeta en concepto de las citadas obras de reforma, que están siendo sufragadas en su totalidad por el titular de la vivienda.
La Casa Unzeta y, por tanto, su mirador, está incluida dentro del catálogo de patrimonio con un grado medio de protección. “Lo hacemos para Bergara, para que los bergareses lo disfruten”, afirmaba esta semana el propietario, Francisco Pons Sorolla Ruiz de la Prada, que ha visitado el municipio con cierta periodicidad para seguir de cerca las obras. Reconocía, no obstante, que ha sido “un proceso largo” en el que ha habido que “pelear” durante más de una década con las instituciones y Patrimonio. “Con un pequeño empuje del actual alcalde lo hemos logrado”, añadía.
de forma artesanal Su hijo, el arquitecto Iñigo Pons Sorolla, es el autor del proyecto en el que desde hace siete meses trabajan Goitu Eraikuntzak, en la dirección de la obra, y la carpintería Biona de Urretxu, entre otras empresas. “El mirador se construyó con materiales nobles de aquellos años, pero su rehabilitación ha resultado imposible porque se encontraban en un estado muy deteriorado. Con los materiales nobles de hoy en día se ha realizado el mismo trabajo artesanal que se hizo en el siglo XIX”, explicó el responsable técnico de Goitu, Mikel Okariz.
El mirador mide 30 metros cúbicos y tiene una longitud aproximada de siete metros y tres metros de ancho. Se ha empleado madera de iroko y predomina el zinc entre los elementos metálicos, por ejemplo, en los protectores de las vidrieras. La única aportación técnica ha sido la colocación de una tela asfáltica para evitar las microcondensaciones e impermeabilizar.
Las manos de Jesús Mari Estonba, de la carpintería Biona, se han encargado de hacer la réplica del característico elemento arquitectónico de la Casa Unzeta. Este profesional aseguró que ha sido una intervención “bonita, a la vez que complicada”. Un reto para un encargo poco común hoy en día. “Es el primero que hago con este método de trabajo”, sentenció.