-Siempre me ha gustado. Jugaba en el barrio con mis hermanos y el resto de los chicos: en el patio del liceo, en la plazoleta de las sociedades... Estudié en las escuelas Labeaga y una amiga y yo jugábamos con los chicos. Éramos bastante buenas y no nos ponían ningún impedimento. En el deporte escolar también jugábamos con ellos.
Formó parte del primer equipo femenino de Urretxu y Zumarraga, el Ikastola-Seirak.
-Empecé a jugar en el Ikastola-Seirak por medio de Asensio Sudupe. Durante muchos años fue el único equipo femenino de la comarca. Al principio nos metían 20 goles, pero acabamos jugando de tú a tú a todos los equipos.
Por aquel entonces el Urola de Zumarraga y Urretxu no tenía equipo femenino.
-Entrenábamos en Argixao, pero no formábamos parte del Urola. Por aquel entonces el Urola no quería saber nada del fútbol femenino, pero las instalaciones son del Ayuntamiento y nos dejaban jugar en el campo de gravilla. Si no recuerdo mal, solo jugué dos partidos en el campo de hierba.
¿Cómo recuerda aquellos años?
-La relación entre nosotras era muy buena. Había compañeras que no jugaban tanto como yo, pero siempre estaban ahí animando.
¿Tuvo el apoyo de los de casa?
-Cuando era niña, a mi madre no le hacía ninguna gracia que jugara a fútbol. No me lo prohibieron, pero tampoco me apoyaron. Mi padre solo fue a un par de partidos. No era como ahora. Ahora los padres van hasta a los entrenamientos. Eso me parece excesivo.
¿Cuándo lo dejó?
-Dejé los estudios y empecé a trabajar siendo muy joven. Tenía problemas para compaginar los entrenamientos con el trabajo y dejé el fútbol. Creo que jugué cuatro temporadas en el Ikastola-Seirak. Pero las chicas que jugamos en aquel equipo tenemos un equipo de veteranas. Jugamos pachangas con otros equipos de veteranas. Tenemos un ambiente muy bueno. En el equipo estamos nada más y nada menos que 42 mujeres.
Imagino que, como pionera, se sentirá partícipe del éxito del fútbol femenino.
-Por supuesto.
Además, en la actualidad forma parte de la directiva del Urola.
-Por mediación de Amaia Elgarresta, supe que la nueva directiva iba a apostar fuerte por el fútbol femenino. Tenía poco tiempo, pero decidí darles mi apoyo. Estamos muy contentos con cómo estamos trabajando. Estamos mimando mucho a las chicas para que se sientan a gusto y no lo dejen. Cuando abandonemos la directiva dejaremos una base. Cuando llegamos al club, había un equipo de categoría cadete y unas pocas chicas de categoría infantil. Conseguimos sacar ese equipo y acabaron ganando la Copa. En la actualidad tenemos cinco equipos, más las chicas de la escuela de fútbol. Algunas de mis compañeras del Ikastola-Seirak entrenan a estos equipos. Esta temporada abandonamos la directiva y espero que aparezca más gente que ama el fútbol femenino.
¿Qué les suele comentar a las chavalas? ¿Les recuerda cómo era el fútbol femenino hace 30 años?
-Sí. Sobre todo les digo que el fútbol me ha dado muchas amigas. No me acuerdo de las copas que gané ni de los goles que metí, pero sí del buen ambiente y respeto existentes.