Un plan persigue reducir por debajo del 5% la población afectada por ruido nocturno
En 2011, el 28% de los donostiarras vivían en zonas con más sonoridad de la recomendada, una cifra que se redujo al 8% en 2017El tráfico es la principal fuente de ruido
donostia - El Plan de Acción de Mejora del Ambiente Sonoro (Pamas) de Donostia propone llevar a cabo iniciativas con el fin de situar en 2023 por debajo del 5% la población afectada por el exceso de ruido por las noches. Este objetivo que se marca el documento busca seguir reduciendo el número de donostiarras que tienen que dormir con un ruido superior a los 55 decibelios.
En concreto, el plan municipal calcula que en el año 2011 eran 51.244 las personas que sufrían un ruido superior al recomendado por la noche, lo que suponía un 28% del total. En la evaluación llevada a cabo en 2017, el ruido ambiental afectó a menos personas, 14.554 (8%). Ahora, el plan propone seguir por el camino iniciado en los últimos años y situar la población afectada por debajo del 5%, lo que serían 9.150 personas.
“descenso continuado” El plan aprobado por el Ayuntamiento admite que “resulta complicado estimar la reducción del número de personas afectadas a nivel global” pero añade que los resultados de los Mapas del Ruido realizados hasta el momento demuestran un “descenso continuado” a pesar de que el estudio considera que la emisión del sonido del tráfico viario está “sobrevalorada” en aquellas vías con velocidad limitada a 30 kilómetros por hora. El trabajo recalca que la población más expuesta al ruido se ubica en los ejes principales viarios, en los que la velocidad habitualmente está permitida hasta los 50 km/h.
Así lo señala el documento elaborado por encargo del Consistorio que, hasta el momento, no ha recibido alegaciones, aunque se encuentra ahora en exposición pública hasta el 4 de noviembre con el fin de que los interesados puedan presentar sus objeciones.
El Ayuntamiento está obligado por la normativa europea a elaborar este plan, como todas las ciudades de más de 100.000 habitantes. En este caso, el documento forma parte de la tercera fase de evaluación del ruido en Europa. Hasta el momento, Donostia también ha tenido que efectuar un Mapa Estratégico de Ruido (MER) en los 2012 y 2017.
La mejora obtenida por el plan 2013-2018 es “altamente significativa”, dice el documento, que destaca la “efectividad de la actuación en la gestión del tráfico urbano para reducir el ruido ambiental en la ciudad” mediante la creación de calles peatonales y la reducción de la velocidad permitida en algunas de ellas. Por ello, aconseja seguir por la misma tónica extendiendo esta política a más puntos de la ciudad.
El Pamas propone, pues, seguir actuando para controlar el ruido viario y recalca que la renovada directiva europea que entra en vigor en este 2019 puede contribuir a reducir aún más los índices teóricos especialmente, en las calles con 30 kilómetros hora de velocidad viaria máxima.
Asimismo, señala cuáles son las vías con niveles sonoros desaconsejados por la noche en las que se puede actuar. Estas son las avenidas de Tolosa, Zumalakarregi, Zarautz, Lugaritz, el paseo de La Concha, la calle Zubieta, la avenida de La Libertad, San Martin, el Boulevard, Hernani y Urbieta. También forman parte de las calles más ruidosas Easo, Prim, paseo Árbol de Gernika, Carlos I, Sancho el Sabio, Izoztegi, Pedro Manuel Collado, avenida de Madrid, paseo de Zorroaga, Hermanos Otamendi, paseo de Riberas de Loiola, de la Zurriola y Federico García Lorca. El paseo de Francia, de Colón, avenida de Navarra, Gran Vía, Miracruz, Ategorrieta, Alcalde José Elosegi, avenida de Pasajes de San Pedro, paseo de Otxoki y Buenavista son otros de los ejemplos de calles con niveles de ruido más fuertes, según los mapas elaborados.
El nuevo Pamas, que sustituye al del periodo 2013-2018, propone seguir la tónica anterior y modificar algunas líneas de acción con respecto al anterior, para mejorar su efectividad, además de cumplir con el marco normativo europeo, estatal y autonómico.
El estudio que evalúa el ruido molesto a la población destaca como focos principales de ruido el sonido emitido por el tráfico de calles y carreteras, los ferrocarriles y la industria. Queda fuera de estos focos principales el ruido de ocio en la ciudad, como el que se produce en zonas como Parte Vieja, ya que la normativa no contempla esta fuente de ruido. No obstante, este exceso sonoro fue analizado en un estudio específico elaborado por encargo municipal en 2013, que el nuevo Pamas propone tomar como referencia.