“Jugué con Griezmann, pero el mejor jugador que he visto en la Real es Pablo Hervías”

zumarraga - ¿Cómo se aficionó al fútbol?

-El aita (Ángel Manuel) también jugó a fútbol. Empecé a jugar en el Urola en categoría alevín y desde entonces no lo he dejado. El aita, la ama y mi hermana me han seguido a todas partes. Pocas veces he visto un apoyo así.

¿En qué clubes ha jugado?

-En cadetes me fui al Tolosa. Después, estuve cinco temporadas en la Real Sociedad. En dos de ellas estuve cedido: una en Sestao y otra en Beasain. El año pasado volví a Sestao. Previamente, estuve dos temporadas en el Alavés y tres en el Beasain.

¿Cómo fueron sus años en la Real?

-Jugué en la Real los tres años de juvenil y los dos primeros de senior. En aquellos tiempos no existía todavía la Real C. Siendo juvenil, jugué algunos partidos con el Sanse, pero como del equipo juvenil al Sanse hay un gran salto, fui cedido al Sestao. Por aquel entonces estaba en Segunda B.

¿Fue en la Real donde comenzó a jugar como lateral izquierdo?

-Sí. En mi puesto (extremo izquierdo) estaba Pablo Hervías, un jugador muy bueno, y me pusieron de defensa. Tuve que ganar peso y aprender a defender para poder jugar ahí.

¿Con qué jugadores compartió vestuario durante sus cinco años en la Real?

-Los de mi generación son Joseba Zaldua y Rubén Pardo. También jugué con Antoine Griezmann, Iñigo Martínez, Pablo Hervías, Kenan Kodro y Marco Sangali.

Muchos de ellos se han afianzado en Primera División. ¿Se veía que iba a ser así?

-En el caso de algunos, sí. Pablo Hervías es el mejor jugador que he visto. Tuvo un problema en el ojo y creo que ese es el motivo por el que no está en la Real. De todos modos, está en Primera, en el Valladolid. Griezmann era muy callado. Era muy bueno técnicamente y, aunque era pequeño, se arreglaba muy bien de cabeza. Era muy listo. Joseba Zaldua era muy fuerte físicamente y se veía que llegaría al primer equipo.

¿Quién es el entrenador que más le ha marcado?

-Jagoba Arrasate. Es muy cercano. Y vive el fútbol como yo. Me alegro mucho de que haya vuelto a Primera. El trabajo que está haciendo en Osasuna es impresionante.

¿Por qué cree que no llegó usted a Primera?

-Los pequeños detalles tienen mucha importancia. En aquellos tiempos el Sanse jugaba con futbolistas más veteranos y cuando yo llegué había dos jugadores en mi puesto: Alberto Morgado y Julen Castañeda. A Morgado lo habían fichado del Alavés, por lo que era una apuesta del club. Castañeda ha llegado a jugar en Segunda. En otros puestos no había tanta competencia y tuvieron el camino más libre. Una vez que sales de la Real, es difícil volver. Me fui al Sestao y su manera de jugar no me benefició.

¿Por qué fue al Sestao?

-Porque en aquellos tiempos solo había otro equipo guipuzcoano en Segunda B: el Real Unión. El Sestao apostó por mí y encima allí jugaba el zumarragarra Oskar Martín. Pensé que era un buen lugar para progresar, pero fuera de la Real te exigen más. En la Real tienen más paciencia con los jóvenes. Para un juvenil es difícil salir y triunfar en un equipo de Segunda B. Tras hacer un penalti, dejé de jugar y volví a la Real.

A pesar de ello, ha vuelto a Sestao.

-En Sestao hay una gran afición al fútbol. El campo se llena siempre, la gente viene a ver los entrenamientos... Tenía una espina clavada y volver ha sido un acierto. En esta segunda etapa estoy disfrutando mucho. La pasada temporada fui el jugador que más minutos disputó. Soy un futbolista más fuerte que hace siete años.

También ha jugado en el Alavés y el Beasain.

-Estudié en Gasteiz y tuve la oportunidad de jugar en el segundo equipo del Alavés, en Tercera. Después, estuve tres temporadas en el Beasain. Es allí y en Sestao donde más he disfrutado. Urtzi Arrondo formó una familia. Todos éramos amigos, jugamos el play-off de ascenso a Segunda B, conseguimos movilizar a todo el pueblo... Con el Sestado también he jugado el play-off de ascenso, pero en Beasain fue inesperado.

¿Cómo ve el futuro?

-Tengo contrato para un año. En el fútbol amateur no se puede saber dónde vas a estar un año más tarde. Mi pareja y yo hemos abierto una empresa en Orio, de entrenamiento personal y readaptación tras las lesiones, y tenemos mucho trabajo. Me gustaría vivir del fútbol, pero desgraciadamente no puedo hacerlo.