La barandilla que se dilata
Los nuevo tramos colocados cerca de los relojes presentan una holgura para no dañar la piedra en la que se apoyan
Los nuevos tramos de barandilla de La Concha colocados cerca de Los Relojes no “se han quedado cortos”, como sugería una interpelación presentada ayer por el grupo municipal de EH Bildu en la comisión de Espacio Público del Ayuntamiento donostiarra. Es verdad que los pasamanos metálicos no llegan hasta la piedra en la que se apoyan y puede apreciarse un hueco, relleno con material plástico. El motivo de dejar ese espacio es evitar que el hierro, que se dilata con las temperaturas, se clave en la piedra y estropee los machones (pilares situados entre los tramos de barandilla).
Según las explicaciones ofrecidas por el concejal de Proyectos y Obras, Enrique Ramos, en la barandilla original cada paño estaba compuesto por cinco unidades de círculos con flores y un pasamanos. “Cada paño tiene numerosos puntos de unión, que en el ambiente marítimo agresivo en el que se encuentran constituyen un punto de origen de corrosión” y esta “no puede detenerse”. Por ello, aunque se ha ido pintando la barandilla en el pasado, es cuestión de tiempo que la oxidación vuelva a atacar.
Cada paño de la nueva barandilla “se ha concebido en una sola pieza para evitar las juntas”. El material es de calidad superior, según explicó Ramos, así como la fundición. “Su ejecución es mucho más complicada y requiere una tecnología de la que no se disponía hace cien años”, añadió.
Hueco relleno
“Cuando aumenta la temperatura ambiente -prosiguió- la barandilla se dilata, aumenta de longitud y rompe los machones; se puede observar que todos están rotos y reparados. La solución a este problema es sencilla y consiste en dejar un pequeño espacio entre el final del pasamanos y el machón de piedra que permita la dilatación de la barandilla sin llegar a tocar la piedra. El espacio se rellena con un material elástico capaz de absorber los diferentes movimientos de dilatación y contracción”.
Ramos negó las acusaciones de la portavoz de EH Bildu, Amara Almirall. “Los nuevos tramos no son cortos, tienen exactamente la misma longitud que deben tener”. Además, todos los tramos tiene distinta largura ya que se tienen que adecuar a la distancia entre los pilares de piedra, que no es idéntica en todos los lugares. “Depende estrictamente de la posición de las columnas del voladizo. Debe coincidir con el eje de la columna con objeto de que exista una continuidad al ver esa fachada marítima desde la playa”, explicó el corporativo.
Los problemas que afectan al barandado diseñado por Rafael Alday llevaron a sustituir esta verja entre en Náutico y la primera rampa en el año 2004. Recientemente, se ha llevado a cabo el cambio del siguiente tramo y la parte final hasta el túnel de Ondarreta ha sido encargada a la empresa Obegisa.
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