aretxabaleta - ¿Qué le empujó a poner en marcha este servicio?

-Hace siete años mi hijo Ekaitz murió en el parto. Empecé a trabajar el duelo asistiendo a terapias y, a partir de ahí, me formé en la metodología que ahora utilizo con las personas que han perdido a un ser querido. A la pérdida de mi hijo se le sumaron otras vivencias personales, así que llega un momento en el que decido que quiero trabajar y vivir en algo que sale de mi interior. Todas estas múltiples pérdidas de distinto tipo que he tenido y el posterior trabajo que he realizado han hecho que sea una persona resiliente; he generado en mí una serie de recursos que antes no tenía. ¿Por qué no poner todo esto en práctica? ¿Por qué no darles los recursos que necesitan a las personas que afrontan una pérdida afectiva? Así empezó todo.

¿Qué es el duelo?

-Es la adaptación a una pérdida, donde la muerte es la más frustrante. Pero el duelo es también una separación, quedarse sin trabajo, que un hijo se vaya de casa a los 20 años... Es todo aquello que tenga relevancia en nuestras vidas y nos hace perder la identidad.

¿Cuándo echó a andar Dolu-laguna zerbitzua?

-En septiembre. Hay una tremenda necesidad de hablar sobre la muerte y Dolu-laguna es un espacio para hablar de ella y vivirla a la vez. Ofrecemos terapias individuales, en pareja y grupales, que pueden ser presenciales, en este caso en el local que tenemos en el número 6 de la calle Aralar de Aretxabaleta, donde estamos de lunes a viernes, además de online. La terapeuta y enfermera geriátrica Maite Urzain colabora conmigo.

¿Cuándo hay que recurrir a las terapias?

-Cuando uno o una misma es consciente de que no tiene recursos para enfrentarse al duelo y en su entorno tampoco pueden ayudarle. No estamos tan preparados para gestionar este tipo de emociones y, por tanto, aprender a tener conciencia de la muerte nos ayuda a vivir en presente. Hay personas que están en duelo, incluso durante años después de la pérdida de un ser querido, y no saben cómo hacerle frente. Tienen que lidiar con un tsunami de emociones que un día les hace estar arriba y, al siguiente, abajo; otros acuden a nosotras en situaciones límite, sin ganas de vivir, y también hay gente que se está muriendo porque está enferma. El duelo es dolerse y tenemos que aprender a conectar con ese dolor. El trabajo que realizamos para superar estas situaciones nos lleva a dotar de un nuevo significado y sentido a nuestras vidas.

¿Qué método utilizan?

-Nos basamos en la metodología del Counseling Integrativo-Relacional, que ha sido creado por la psicoterapeuta Alba Payas y tiene una proyección mundial. Durante el duelo lo que nos duele es la relación que tenemos con la persona que ha fallecido y en ello incidimos en las sesiones de terapia. Todos los traumas que ha traído consigo la pérdida de una persona: una madre de 90 años con la que éramos uña y carne, un hijo, un gran amigo?., los identificamos, rehabilitamos, y en función de las necesidades de cada persona, los vamos integrando.

Junto con las terapias, ¿qué otros servicios ofrecen?

-Impartimos charlas/talleres y trabajamos, al mismo tiempo, con el hospital, centros de salud y escolares. Abordamos la conciencia de la muerte también con los niños y niñas. La muerte hay que humanizarla dentro de la familia, con nuestros hijos. Si estos le dan presencia y la estructuran en su mente desde que son pequeños, en un futuro cuando hagan frente a una pérdida, vivirán el dolor, sí, pero de un modo contextualizado.

En estas fechas navideñas se echa en falta con mayor intensidad a la persona que falta. ¿Qué proponen para afrontar estos momentos?

-Se dan tres casos. Uno de ellos, suprimir la Navidad, es decir, descartar su celebración para evitar el recuerdo. Una opción podría ser realizar un viaje, aunque el año siguiente tal vez es peor. La segunda alternativa es hacer como si nada hubiera pasado, pero habrá miradas de dolor y silencio. Por eso, desde Dolu-laguna planteamos construir una nueva Navidad, planificándola en familia. Se trata de crear nuevas formas de vivir estas fiestas teniendo a nuestros seres queridos muy presentes. Hay quienes colocan una silla o un plato vacío en la mesa, una foto? Los sentimientos se comparten en familia y se integra el dolor. Estas pautas sirven, asimismo, para otro tipo de celebraciones como los cumpleaños u otras fechas señaladas.

¿Qué hay que hacer para ponerse en contacto con Dolu-laguna?

-Que llamen al 699 843 580 o envíen un email a eiderotxoa@gmail.com. También nos pueden encontrar en Google Maps y en Facebook. Por otro lado, hace siete años un grupo de padres y madres de la comarca que atravesábamos un proceso de duelo perinatal nos unimos para darnos fuerza y pusimos en marcha el blog guretxikixak, que ya tiene un recorrido y sirve, a su vez, de apoyo para quienes estén pasando por la misma situación.

Un txoko guipuzcoano. Cualquier txoko en el que pueda compartir algo con otra persona.

Una fiesta. Todas las fiestas, teniendo fuerza para vivirlas.

Un paisaje. Desde el interior a la costa. Todos son de una enorme belleza.

Un monte. Cualquiera al que pueda subir con alguien y con la energía que ello requiere.

Una playa. No podría elegir una. Cada una tiene un significado para mí: La Concha, Deba, Zarautz, Mutriku...

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