La familia Brito es un ejemplo de integración. La hija, Valeria, vino a Euskadi hace tres años. Se estableció en casa de unos tíos que viven en Azpeitia, se dio cuenta de que en este pueblo hablan un idioma que no es el castellano y enseguida se apuntó al euskaltegi. Desde hace un año reside en Zumarraga. Sus padres y sus dos hermanos llegaron hace dos meses y lo primero que les dijo es que tenían que aprender euskera. Dicho y hecho. Todas las mañanas acuden al euskaltegi de Urretxu y Zumarraga y están poniendo todo su empeño.
Valeria no conocía la existencia del euskera cuando llegó a Azpeitia. “Pensé que no sería difícil integrarse, pues el portugués es parecido al castellano. Nadie me había contado que aquí hablabais euskera. Cuando llegué, no entendía nada a nadie. Pues el castellano es más difícil de lo que pensaba, me dije. Hasta que me comentaron que no me estaban hablando en castellano, sino en euskera”.
Enseguida se apuntó al euskaltegi. “Llegué en verano y en septiembre me apunté al euskaltegi. Si aquí la gente habla también un idioma que no es el castellano, será importante aprenderlo para poder conseguir trabajo, pensé. Además, en Azpeitia apenas se habla castellano y no podía relacionarme con la gente. Si quiero vivir aquí, tengo que aprender vuestro idioma”.
Ese mismo mensaje les hizo llegar a sus padres cuando le comunicaron que también iban a venir a Euskadi. Y ellos tienen tantas ganas de integrarse como su hija: el padre empezó a aprender euskera estando todavía en Brasil. “Entienden la importancia de aprender el idioma para trabajar y comunicarse y respetan las culturas”. Sus padres llegaron hace dos meses y, de momento, se arreglan mejor en euskera que en castellano. Saben que el castellano lo aprenderán sin necesidad de ir a clases.
Los Brito son seis y todos están estudiando euskera. Cuatro van al euskaltegi. Valeria lleva ya varios años y su padre Werner, su madre Rosiane y su hermano Wesley (20 años) acaban de empezar. La hija de Valeria, Isadora (5 años), y su hermano pequeño, Joao Pedro (10 años), están aprendiendo euskera en la escuela. “En la ikastola nos recibieron muy bien y estamos encantados. Isadora habla ya muy bien en euskera”.
Seguridad Aprecian lo que se han encontrado en Euskadi. “Lo que más nos gusta es la seguridad y la tranquilidad. Nuestro país también es muy bonito, pero no podemos andar en la calle tranquilamente. Con seguridad y tranquilidad es todo mucho más fácil: hacer amistades, tener calidad de vida... Nosotros venimos de una isla, San Luis, pero esto también es muy bonito. Allí hace mucho calor y aquí nos parece que hace mucho frío. Además, en Zumarraga nieva mucho”.
Aunque el clima no invita a bailar samba, está muy contenta. “Estamos todos juntos y tengo oportunidad de estudiar. Estoy estudiando auxiliar de enfermería en el instituto Iparragirre de Urretxu. En nuestro país no tenemos las oportunidades que tenemos aquí: sanidad, estudios... Allí hay que tener mucho dinero para conseguir cualquier título. Mis padres también valoran mucho eso: la seguridad y las oportunidades. Se han sentido muy bien recibidos”.
Viendo la situación que vive Brasil, no les sorprende tanto que sus compatriotas hayan elegido a Bolsonaro como presidente. “Allí hay una gran inseguridad y la gente ha elegido al que ha prometido acabar con esa inseguridad. Tiene ideas extremistas, pero la gente lo ve como una solución. El problema es extremo y mucha gente se ha ido a un extremo”.
La profesora Los Brito-Menezes decidieron venir a Euskadi. Y en el euskaltegi están encantados con esta familia. “Vienen todos los días. Tienen muchas ganas de aprender y de colaborar. El padre tiene conocimientos de informática y arregló el portátil de un amigo. Lo iba a tirar y Werner le hizo una limpieza y lo dejó como nuevo”, comenta la profesora de los Brito-Menezes, Miren Iturriotz.
Esta urretxuarra lleva 34 años dando clases de euskera, primero en AEK y ahora en Udal Euskaltegiak, y ha sido testigo de la evolución de la sociedad. “¡Quién nos iba a decir que muchos de nuestros alumnos iban a ser inmigrantes! La verdad es que para nosotros es más agradecido dar clases a los inmigrantes que a los que tienen que sacar un título por motivos laborales. Las clases que damos a estos últimos son más mecánicas y hay más tensión”.
Iturriotz tiene alumnos de Brasil, Pakistán, República Dominicana, Guinea Ecuatorial... Parece la secretaria general de la ONU. Y que siga siéndolo... El futuro del euskera pasa por que los inmigrantes lo aprendan y lo utilicen. El euskera les necesita y tienen que sentir que este idioma les ayuda a integrarse y les une a esta tierra.