ZARAUTZ - La joven zarauztarra de 23 años Karmele Martinez de Cabredo siempre tuvo claro que algún día viajaría a África para ayudar con sus propias manos a quienes más les hiciera falta. Confiesa que fue algo que estuvo posponiendo por “falta de valentía” pero, hace un año, decidió dar un paso adelante y mediante la organización Cooperating Volunteers, cumplió con su propia promesa. Asegura que esta experiencia le cambió la perspectiva de muchos aspectos de su vida y, por eso, este año ha vuelto a repetir.

¿Qué fue lo que le llevó a materializar esa idea que ya le rondaba?

-El tema del voluntariado era algo que tenía pendiente desde hace tiempo. Me encantan los niños y estar con ellos, por tanto, poder ayudar a los más desfavorecidos era algo que sentía que tenía que hacer. Desde la organización Cooperating Volunteers me asesoraron y estuve dudando entre Ghana y Senegal, pero por tema de idioma finalmente fui al primero. Nunca había estado allí, así que, en cuanto se me presentó la oportunidad, sentí que tenía ganas de conocerlo y no me lo pensé dos veces.

Este año ha vuelto a repetir pero, ¿qué recuerda de la primera vez?

-Era 10 de agosto del 2017. Me acuerdo de que llegué al aeropuerto y que estuve esperando dos horas sola. Honestamente, al principio sentí algo de miedo, porque la realidad es que allí alguien de aquí llama la atención y tenía la sensación de que me miraban mucho. Pero enseguida me tranquilicé porque se me acercaron varias personas para preguntarme si necesitaba ayuda.

¿Cuáles fueron sus labores como voluntaria?

-El primer año me encargaba del entretenimiento de los niños de un orfanato en su tiempo libre, porque estaban de vacaciones. En esta segunda ocasión he llegado a dar clases en el colegio y he estado más tiempo en el orfanato.

¿Recuerda si hubo algo que le impactó en especial?

-Hubo dos cosas. Por un lado, sin duda, el estado en el que se encontraba el orfanato. Antes de ir traté de hacerme a la idea de la situación que me encontraría allí pero, sinceramente, cuando vi por primera vez dónde y cómo vivían aquellos niños, aluciné. En cambio, por otro lado, me impactó muchísimo que los niños vivan con una sonrisa constante en esas circunstancias. El cariño con el que te reciben desde el minuto uno es indescriptible, porque sin conocerte de nada ya te quieren dar el máximo.

¿Le costó volver a Zarautz aquella primera vez?

-Me pasé todo el viaje de vuelta llorando sin parar. Al final había pasado un mes entero allí y sentía una tristeza profunda porque sabía que les iba a echar de menos.

Y, ¿lo hizo?

-Mucho. Los primeros meses en Zarautz no hacía mas que hablar de aquello. Luego me tuve que resignar porque me di cuenta de que desde aquí no se puede hacer mucho. Yo, personalmente, pienso que si puedes y quieres ayudar, es mejor ir allí y darlo todo durante el tiempo que estés.

¿Por eso volvió a ir este año?

-Claro. De hecho, para esta segunda ocasión he ido mucho más preparada. Antes de ir organicé una colecta de ropa, material escolar y juguetes, para poder ayudar en lo máximo posible y sacar el mayor provecho a esta segunda experiencia de voluntariado.

¿Qué diría que le han supuesto estas experiencias a modo personal?

-Sigo siendo la misma persona de antes, pero sinceramente creo que he aprendido mucho. Hace dos años cuando me hablaban de la pobreza en África no me imaginaba ni la cuarta parte de lo que he llegado a ver allí. Tampoco me hubiera imaginado nunca que llegaría a preferir pasar un mes allí antes que en cualquier otro sitio del mundo. Ni tampoco que acabaría queriendo tanto a esos niños. No creo que haya cambiado como persona, pero sí creo que se ha modificado mi perspectiva de algunos aspectos de la vida.

¿Qué le diría a la gente para que sigan sus pasos?

-Yo he estado años planteándome la idea y dejándolo pasar y, en cambio ahora, si pudiese volver atrás en el tiempo, me hubiera decidido mucho antes. Es una experiencia increíble. Eso sí, recomendaría organizar el viaje con tiempo porque hay muchas opciones de hacerlo y hay que tener cuidado con las estafas, como el caso de Yes We Help. Pero vamos, yo animo a todos los que se lo estén planteando a que lo hagan sin dudarlo.