Tras los primeros pobladores de Arrasate
La excavación bajo la torre del campanario, que halló restos de cerámica de la edad de bronce, iniciará nueva fase
Arrasate continúa reconstruyendo su pasado. Siguiendo la pista de sus primeros pobladores. La investigación arqueológica que se desarrolló el año pasado por estas fechas reveló nuevos detalles sobre los orígenes de la villa. En aquella fructífera campaña, además de descubrirse una necrópolis medieval de los siglos XIII y XV, se sacaron a luz restos de cerámicas pertenecientes a un asentamiento prehistórico de la Edad de Bronce.
Estos hallazgos avivaron el interés por avanzar en la tarea de desenterrar la historia que esconden las tierras. Y en esa labor van a embarcarse una vez más los integrantes de Arrasate Zien-tzia Elkartea (AZE) con la inestimable ayuda de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Así, la excavación que se pondrá en marcha en los próximos días volverá a tener como escenario el exterior de la parroquia de San Juan Bautista. Concretamente se intervendrá bajo la torre del campanario, pero en esta ocasión en la zona más próxima a la entrada del templo, que con motivo del sondeo arqueológico que va a llevarse a cabo se ha cortado su acceso, y en su lugar el paso al interior de la iglesia se realiza por la puerta de Erdiko Kale, donde se ha colocado una rampa móvil.
Los operarios de la brigada municipal se han ocupado esta semana de romper la solera de hormigón y preparar el terreno sobre el que trabajarán los miembros de AZE y el equipo que capitaneará el arqueólogo de Aranzadi, Alfredo Moraza. De este modo, la nueva campaña tiene como objetivo destapar nuevos vestigios de la Edad de Bronce que “nos permitirían tener un mayor conocimiento del Mondragón de hace 3.000 años de antigüedad”, explica el integrante de AZE, José Ángel Barrutiabengoa. Pero también se trata de encontrar el rastro del templo que precedió a la actual parroquia ?la primera mención escrita de esta última es de 1318?, así como nuevos restos humanos. De hecho, la datación de uno de los huesos desenterrados en 2017 lo sitúa en el año 1.220, anterior a la fundación de la villa en 1.260.
En aquella prospección, junto con el descubrimiento de una serie de fosas, se hallaron restos de cerámica de laEdad de Bronce que atestiguaron que “hace 3.500-3.900 años” había un poblado donde ahora se levanta el Casco Histórico. Este hecho, según los expertos, evidenciaba que hubo “una larga tradición de ocupación humana en el enclave donde se levantan la iglesia y el ayuntamiento”, al abrigo del cerro de Santa Bárbara.
el obispo de palencia Lo que no se pudo desvelar en estas excavaciones fue el misterio del obispo de Palencia, cuyos restos hay constancia que se hallan en la zona. Al parecer, en la rehabilitación de la parroquia acometida en 1991 apareció un sarcófago con los restos de lo que parecía un prelado y una inscripción que hacía referencia a un obispo de Palencia. Si los nuevos sondeos que van realizarse desentrañan este misterio se fundamentarían muchas hipótesis. l