Los comercios de La Bretxa cierran para emprender las obras de reforma en octubre
Además de Pescadería, el edificio junto al Boulevard también se transformará con locales más amplios con acceso a la calle
donostia - La mayoría de las tiendas de La Bretxa han cerrado ya sus puertas y varias más cuelgan carteles que anuncian liquidaciones y que, a partir de octubre, atenderán a sus clientes en otras ubicaciones. Se preparan así para abandonar el edificio principal del antiguo mercado que se someterá a una reforma importante coincidiendo con la transformación del edificio Pescadería y del conjunto del mercado. Las obras arrancarán en octubre.
La intervención principal tendrá lugar en Pescadería: el edificio acogerá el nuevo ambulatorio de la Parte Vieja, canchas deportivas y un espacio gastronómico en las plantas superiores. En la planta baja, a ras de suelo, se reubicarán los puestos del mercado tradicional, actualmente en el sótano, con intención de que ganen presencia y visibilidad.
Sin embargo, también el edificio del Boulevard (Arkoak) se someterá a una transformación considerable. La nueva concesionaria, que asumió la gestión del centro comercial hace dos años, prevé abrir hasta abajo los ventanales del edificio (protegido en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido, Peppuc) como en su configuración original, lo que permitirá, además, que se pueda acceder a los locales comerciales desde el exterior del edificio.
Para acometer estas obras, la mayoría de tiendas de la planta baja y el sótano, con contratos ya vencidos, han dejado sus locales o lo harán a fin de mes. En principio, solo seguirán funcionando (con contratos en vigor) durante y después de los trabajos McDonald’s, Adolfo Domínguez y Forum, que abrió sus puertas en la segunda planta hace menos de tres años.
La reforma en este edificio, que prevé una reordenación de los espacios comerciales actuales, tendrá un coste de unos 9,6 millones de euros. Según avanza una publicación especializada del sector, con la apertura de los arcos y la posibilidad de acceder a los locales desde el exterior, se eliminarán las zonas comunes actuales del interior, lo que permitirá ganar superficie comercial e independizar los locales entre sí. Los que se están ya comercializando son de entre 600 y 2.500 metros cuadrados, según la citada publicación.
Por su parte, la transformación de Pescadería ascenderá a 9,9 millones, mientras que la reforma de la plaza de La Bretxa entre ambos edificios (se eliminará el espacio conocido como tupperware y se creará un nuevo acceso al sótano en un lateral) costará casi cinco millones más, según el plan especial aprobado por el Consistorio donostiarra, que esta misma semana ha recibido el visto bueno definitivo del Gobierno Vasco en lo que respecta a su impacto ambiental.
El Consistorio y la gestora, Abastos Gestión, firmaron en junio el acuerdo para modificar las condiciones de la concesión en el que se establece, entre otras cuestiones, que será la citada empresa la que se encargue de ejecutar las obras, aunque el coste de los trabajos que corresponden a dividir los espacios de Pescadería (para separar las instalaciones de los asentadores, el ambulatorio y los espacios deportivos) le será descontado del canon que debe pagar al Ayuntamiento por la explotación del complejo comercial.
asentadores Uno de los escollos para la transformación del complejo fue, en un principio, la negativa de los puestos del mercado tradicional, a quienes se propuso que en su traslado a la planta baja de Pescadería, precisamente las pescaderías se mantuvieran en la planta sótano, lo que consideraron un agravio comparativo con respecto al resto. Sin embargo, tras meses negociando y tras la renuncia de algunos asentadores a continuar en La Bretxa (se acordó una indemnización con ellos), finalmente habrá espacio suficiente para situarlos a todos (algo menos de 30) en la planta baja. En principio, los asentadores continuarán trabajando en el sótano hasta que se completen las obras y puedan ocupar las nuevas instalaciones.
También las baserritarras cambiarán de ubicación, ya que tras las obras se trasladarán de la calle San Juan a la trasera del edificio Arkoak que da a la plaza entre los dos edificios. Con la desaparición de la estructura actual que da acceso al sótano, se ganará un nuevo espacio público abierto en la zona. La intervención supondrá, asimismo, mejoras en la calle Iñigo y cambios en la calle Aldamar, donde se ensancharán las aceras y desde donde se accederá a las instalaciones del centro de salud.
Aunque en los trabajos están involucrados la concesionaria, el Ayuntamiento (los espacios deportivos) y el Gobierno Vasco (el ambulatorio), la empresa Abastos cuenta con poder completar la transformación de la planta baja de Pescadería y reubicar allí los puestos del mercado tradicional en alrededor de un año.
Arkoak. El edificio junto al Boulevard está ya prácticamente vacío. Tras abrir los arcos exteriores hasta abajo, se reorganizará el interior con locales más amplios con acceso directo desde el exterior y se eliminarán así las zonas comunes. Los locales que está ya comercializando la concesionaria son de entre 600 y 2.500 metros cuadrados. Sí continuarán Forum, McDonald’s y Adolfo Domínguez, con contratos en vigor.
Pescadería. La reforma prevé reubicar los puestos del mercado tradicional en la planta baja. La mitad de la primera planta y la segunda se destinarán al centro de salud. En la otra mitad de la primera planta habrá un espacio gastronómico y en la segunda una cancha deportiva.
Plaza de La Bretxa. Desaparecerá el edificio conocido como tupperware y se creará un nuevo acceso al sótano más reducido en un lateral. En la parte trasera del edificio de La Bretxa se reubicará a las baserritarras. También se ampliará la acera de la calle Aldamar, desde donde se accederá al centro de salud, y se acondicionará la calle Iñigo.
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