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Con las manos en el barro

Bustinzale Zeramika Elkartea cumple 40 años de andadura; un aniversario que pone el acento en la actividad del colectivo y que desde hoy reúne en una exposición a personas que en este tiempo han tejido la historia de la cerámica en Bergara.

Con las manos en el barro

La mágica transformación del barro en cerámica cobra significado y vida entre las cuatro paredes de uno de los bajos enclavados en el número 11 de la Torre de Zabalotegi. En este local tiene su base de operaciones la asociación bergaresa Bustinzale Zeramika Elkartea, que este año celebra sus cuatro décadas de andadura. Será un aniversario especial que se ha querido aprovechar para sacar a la calle la actividad que desarrollan en el taller y, de paso, reunir a aquellos socios que en todo este tiempo han formado parte del colectivo. Por ello, la exposición que esta tarde abre sus puertas en la sala Aroztegi servirá de reclamo para acercar al público a una disciplina artística que esta presente en la villa mahonera. Con nombres y apellidos.

La particular historia de la cerámica en Bergara, que ahora sopla las velas de su 40 cumpleaños, escribió su primer capítulo con el curso que “a través de Carmen Montoya, que tenía contacto con el club de arte Catalina de Erauso de Donostia, se impartió en las aulas del colegio de la Compañía de María”, recuerda Ana Orgaz, que vivió en primera persona aquellos inicios.

Esa primera experiencia les despertó el gusanillo. Las ganas de seguir aproximándose a la vitalidad del barro, poder acariciar la arcilla modelada y ver cómo una pieza crece entre las manos. “Se pidió un local al Ayuntamiento y, desde entonces, tenemos la sede en la Torre de Zabalotegi”, cuenta Orgaz, mientras hurga en su memoria, repleta de recuerdos.

“En los primeros años -añade- nos enseñó el ceramista donostiarra Luis Peña; sentó unas buenas bases dentro de los cursos organizados por el Consistorio”. Funcionaban como taller de cerámica Simón Arrieta, en honor al pintor bergarés, y después, al constituirse oficialmente como asociación, tomaron el nombre de Bustinzale.

Orgaz rememora también que el primer horno con el que contaron se trajo de Altos Hornos. “Mikel Mendiola era ingeniero en la empresa, además de miembro de la asociación Promoción Cultural Bergaresa; él se implicó en adaptar aquel primer horno para el taller, que cocía cerámica a baja temperatura”, explica.

perseverancia Cuarenta integrantes en los comienzos, una treintena durante muchos años y, en la actualidad, son quince socios y socias los que conforman Bustinzale Zeramika Elkartea, el colectivo que agrupa a aficionados a la cerámica que preside la propia Orgaz. Iñaki Olabarria, Alicia García y Ane Herranz son tres de sus miembros. El primero comenta que empezó en este mundo “por casualidad”. “He sido comercial toda la vida, estaba estresado y me aconsejaron hacer un curso. Así empecé, de eso hace ya más de dos décadas”, relata.

Confiesa que le costó porque “partía de cero”. “Al principio se tienen fracasos por las piezas que se explotan en el horno. Suelo decir que la fase del horno es un parto”, apunta de forma divertida. “No es fácil; una variación de temperatura es suficiente para alterar el color y lo mismo ocurre con la cantidad de esmaltes. Hay muchas variantes que no se controlan”, agrega Herranz. Esta elorriotarra, licenciada en Bellas Artes en la especialidad de escultura, antes de desembarcar en el taller de Bergara se formó en la escuela municipal de cerámica de Eibar, al igual que García. Para esta última, y también para sus compañeros, es esencial “tener a alguien que nos guíe en los comienzos”.

Con perseverancia y habilidad los ceramistas bergareses cultivan su capacidad creativa en el local de Zabalotegi. Cada trabajo artesanal lleva impreso el espíritu de su autor. Diferentes estilos que se han ido puliendo con el paso del tiempo y que denotan una evolución en las formas, materiales y técnicas. “Hemos querido que el 40 cumpleaños sirva para visibilizar el taller, para hablar de él, y animar, a su vez, a la gente con la misma inquietud a que se integre en la asociación, incluidos los jóvenes”, señala Orgaz. “Las puertas están abiertas”, recalca García.

El aniversario ha motivado, asimismo, la convocatoria que desde esta tarde reunirá en Aroztegi aretoa al ayer y hoy de Bustinzale. Unos y otros han tejido esta historia ligada al barro, que sigue adelante.