donostia - El nuevo puente de Espartxo, que sustituirá a la actual pasarela que cruza el río Urumea junto al barrio en ejecución de Txomin Enea, será construido por las empresas Amenabar y Campezo, las mismas que están levantando las viviendas del nuevo espacio residencial. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Donostia prevé adjudicar hoy los trabajos a las citadas firmas, por un precio de 2,2 millones de euros, IVA incluido, y un plazo de ejecución de catorce meses. Según el calendario, la obra comenzará este mismo año, por lo que será realidad antes de que termine 2019.

En el documento de adjudicación de las obras se incluye el hecho de que los trabajadores que estén contratados por las empresas para llevar a cabo el puente se regirán por el convenio colectivo de la construcción de Gipuzkoa. La Agencia Vasca del Agua cofinanciará los trabajos, ya que forman parte del plan contra las inundaciones de Martutene y el barrio de Txomin.

La nueva pasarela sobre el Urumea ha sido diseñada por el equipo de ingeniería de Arenas y Asociados, responsable, entre otros, del gran viaducto sobre Morlans así como del quinto puente sobre el Urumea, bautizado como de la Real Sociedad. Tiene una única pila sobre el río Urumea. Además, la pasarela estará a una mayor altura que la actual.

Junto al nuevo puente, en el lado de Txomin Enea, se construirá una rotonda de distribución del tráfico, por la que se canalizará el paso de los vecinos del nuevo barrio en construcción.

El plan de obra para la nueva pasarela, con carriles en ambas direcciones, aceras y bidegorri, contempla que el viejo puente de Espartxo no se derribe hasta que el nuevo esté levantado, con el fin de que la zona no se quede sin conexión viaria en ningún momento.

El viejo puente de Espartxo, que también se denominó del Sanatorio en el pasado, es uno de los más antiguos de Donostia. Fue construido en 1912 y solo es superado en antigüedad por el de María Cristina, de 1905, y el de Santa Catalina, que fue de madera y pasó a ser de piedra en 1872. El de la Zurriola, por su parte, está fechado inicialmente en 1921.

La capital guipuzcoana tiene pendiente en la actualidad la renovación de otra importante pasarela, la de Astiñene (o Sarasola) entre Loiola y Egia, que está sufriendo en la actualidad trabajos de asentamiento tras detectarse grietas que ponían en peligro la seguridad a su paso.

Mientras se ultiman los detalles para la construcción de un nuevo puente que sustituirá al viejo de Astiñene, el Consistorio está reparándolo de modo provisional el viejo para que puedan circular los vehículos hasta que se construya el nuevo.