Bergara - Dedicado profesionalmente al urbanismo, José Luis Azkarate (Bergara, 1956) ha cultivado su otra gran pasión desde niño. En Bergara, vivero inagotable en las artes plásticas, empezó a salsear con los pinceles y la paleta de colores. Y, desde entonces, no ha parado. Ahora, este arquitecto bergarés ya jubilado que reside en Gasteiz, pinta "con las ganas almacenadas en tiempos mozos", comenta mientras dibuja una sonrisa en su rostro. La última vez que expuso en solitario en la localidad que le vio nacer fue hace algo más de dos décadas, así que la cita en la sala de Barrenkale le hace especial "ilusión". (Sí que participa en la colectiva anual que organiza la asociación de artistas Beart, de la que es miembro).
¿Cuántas obras ha colgado en la sala Aroztegi?
- Son un total de 23 óleos, la mayoría de ellos son paisajes que abordan esos distintos territorios: la costa, el entorno urbano, montañas o los que deja tras de sí la guerra. También hay cuatro retratos de mis mayores y que me ligan más a Bergara.
¿Qué pretende contar con esta muestra? ¿Qué quiere despertar en las personas que la visiten?
- Casi siempre pretendo realizar observaciones atentas de los paisajes que pinto. La mayoría de los temas expuestos son amables. Busco componerlos con luz y color. Me gustaría que llegasen a la gente que acuda a visitarla y que produjesen una cierta sensación de gozo, que no es poco. En los temas más duros, me gustaría incitar a la reflexión.
Exponer en su localidad natal será más especial si cabe.
- Hace más de 40 años que no expongo en solitario en Bergara. Entonces era muy joven. Cuando se sigue el trabajo de un pintor de una manera puntual se agradece la oportunidad de ver una muestra amplia, que permita comprender mejor la trayectoria del artista y su evolución última. En Bergara, además, espero recibir crítica constructiva de aquellos amigos que me conocen desde hace mucho.
¿Cómo comenzó a coquetear con las artes plásticas?
- La década de los años 70 del siglo pasado fue muy intensa en Bergara y en otros pueblos del entorno. En todo, pero también en lo referente a las iniciativas plásticas y culturales recuerda especialmente el festival de Urrats Berriak que se celebró a lo largo de varios meses en 1974. Surgió en aquel tiempo un grupo de artistas a los que nos enseñaron los de generaciones anteriores y que con posterioridad ha seguido creciendo. Posiblemente, Bergara es un referente significativo en nuestro entorno, en lo relativo a la pintura.
¿Algún maestro o artista que ha influido en su obra?
- Las bases del aprendizaje de un artista creo que se cimentan en el entorno más próximo. Lo primero que se aprende, se aprende del que está al lado. Ya con un cimiento de ese tipo, uno va buscando otra clase de influencias y de aprendizajes. Así que es preciso nombrar y agradecer a esos eslabones próximos de una larga cadena: Arrieta, Okina, Azkargorta, Eguren y Loidi.
Resúmanos su trayectoria como pintor.
- Mi oficio como pintor ha sido paralelo a otro como ha sido el urbanismo, mi otra gran pasión. La ciudad es un maravilloso y sofisticado invento al que observo de una manera permanente. Cada vez rescato más tiempo para la pintura, compensando, así, el déficit anterior. He participado en muestras colectivas de forma asidua, pero este año voy a realizar tres individuales (a la que ha protagonizado recientemente en Gasteiz le sigue la de Aroztegi, y a finales de 2018 expondrá en Logroño).
En todos estos años, ¿que evolución ha experimentando?
- Mi obra ha evolucionado siguiendo a mi propio instinto durante todos estos años. No hay otra forma de guiarse. A veces con cambios de tipo movimiento pendular, en los que se ponen en crisis la coherencia de la trayectoria anterior. Pero es así. Me gustaría pensar que cada vez hay más corazón en lo que pinto.
¿Enmarca su obra en algún estilo en concreto?
- No me quiero encasillar en ningún estilo. Yo personalmente no echo de menos ningún tipo de vanguardia que nos oriente sobre la manera más actual de pintar o expresarse en arte. Me influye mucho el impresionismo, pero también el expresionismo abstracto. ¿Son incompatibles? Yo creo que no. Somos cada vez más una suma compleja de experiencias personales y de otros. Lo que resulte de todo ello se debe explicar por sí mismo.
Aparte de la exposición que hasta mediados de mes puede contemplarse en la sala de Barrenkale, ¿qué otros proyectos tiene entre manos?
- Me gustaría no relajarme en mis lugares de confort , como se denominan últimamente a aquellas materias que más se dominan y resultan más fáciles de repetir. Creo que en el arte hay que asumir mayores riesgos y explorar permanentemente los territorios más desconocidos. Así que en adelante quiero tantear experiencias en escultura relacionadas con el espacio y la arquitectura.