Arrasate? Ya hay fecha. Después de Semana Santa, el 9 de abril, despegarán las obras para rehabilitar la antigua Escuela de Aprendices de Arrasate. El histórico edificio inaugurado en 1939 renacerá de su actual estado de ruina, gracias a la inyección de vida que va a recibir para transformarse en la futura Escuela de Música Juan Arzamendi.

El vallado de la zona es inminente, como paso previo al arranque definitivo de los trabajos de reforma del inmueble, que durante los cuatro-cinco primeros meses dejarán fuera de uso al parque infantil situado en las inmediaciones. Además, las catorce plazas de aparcamiento en línea dispuestas en la paralela al bidegorri se inhabilitarán de forma provisional para, en su lugar, adecuar el paso que utilizarán los peatones durante el desarrollo de la obra.

De este modo pasará de los trámites administrativos a la acción uno de los proyectos estrella del equipo de Gobierno arrasatearra, que el pasado enero daba un paso de gigante al encargar a la empresa donostiarra Lurgoien la cura de rejuvenecimiento de Aprendices, por algo más de 5,5 millones de euros y un plazo de ejecución de 20 meses.

Será un reto, a la vez que una cirugía en toda regla. Complicado por lo que supone mantener la esencia de una construcción tan ligada a la historia de la villa como es la vieja Escuela de Aprendices de la Unión Cerrajera ?no está protegida a diferencia del edificio del Reloj?, que conservará en gran medida su aspecto exterior. Se mantendrán en pie las cuatro fachadas y será, por tanto, el interior el que se demolerá para renovarlo de cabo a rabo; “a partir del 9 de abril y durante tres meses nos ocuparemos de vaciarlo”, informó el jefe de Grupo de Lurgoien, Iosu Unamuno.

Intervendrán de arriba a abajo. “Empezaremos por el tejado. Es una actuación delicada, hay que tener mucho cuidado para no dañar las paredes originales”, advirtió Unamuno sobre los trabajos que realizarán los operarios de la firma donostiarra.

En una segunda fase se reforzará la estabilidad de las fachadas, antes de comenzar a construir la nueva distribución del inmueble.

Si todo marcha sin contratiempos, la futura Musika Etxea que compartirán Arrasate Musikal y el coro Goikobalu abesbatza, estará lista “entre finales de 2019 y principios de 2020”. A partir de entonces los más de 500 alumnos de la escuela de música podrán regresar a su antigua sede de Aprendices, que tuvieron que abandonar de forma apresurada en 2007 después de que se hundiera el suelo de la primera planta. Más de diez años se ha prolongado su estancia provisional en el palacio de Monterrón.

edificio sostenible El proyecto de rehabilitación de Aprendices ha sido redactado por LKS Ingeniería, que se encarga, al mismo tiempo, de la dirección de obra. “Por fuera dará imagen de un edificio austero. Sin embargo, se ha mimado mucho que sea un equipamiento sostenible, con un buen sistema de aislamiento térmico y eficiencia energética”, precisó la alcaldesa, María Ubarretxena.

Para el acabado de las fachadas se empleará un revestimiento térmico (conocido como Sate) de ocho centímetros de espesor, protegido por un mortero que se pintará de un tono claro, y que será el aspecto que lucirá el renovado inmueble, según detalló Diego Ruiz, que asume la dirección de la obra. La climatización del edificio también se conseguirá por medio de “un pequeño” sistema de geotermia.

distribución Las flamantes instalaciones bautizadas como Juan Arzamendi Musika Etxea, en homenaje a quien fuera su primer director, se estrenarán en 2020. Planta por planta, el sótano albergará el área técnica, mientras que el resto de dependencias, comunicadas por un ascensor, contarán en cada uno de sus cuatro pisos con una superficie de 700 m2. Así, según detalló uno de los tres arquitectos de LKS que ha diseñado el proyecto, Diego Rodríguez, en la planta baja se ubicará la recepción, dos hermosas aulas para los ensayos de la orquesta y la banda, y la percusión, junto con un auditorio para 174 personas. “Los grupos culturales nos han trasladado que para algunos actos Kulturate se queda pequeño y el Amaia antzokia grande; se ha querido aprovechar esta obra para dotar al municipio de una instalación de tamaño intermedio”, explicó la alcaldesa.

La primera planta será de uso exclusivo para Arrasate Musikal y se distribuirá en una quincena de aulas para la enseñanza de instrumentos, lenguaje musical, canto, el taller de música... El segundo piso, por contra, será compartido. Arrasate Musikal tendrá sus correspondientes salas para la Big Band, los clases de violonchelo-contrabajo, trombón-bombardino y ballet. Goikobalu, por su parte, ocupará un local de ensayo general, tres aulas para instrumentos de cuerda y una cuarta para reuniones.

No obstante, uno de los cambios más llamativos será el acondicionamiento de una tercera planta sobre la actual cubierta. Buena parte de ella tendrá una estructura acristalada en la que se alojarán las oficinas de Arrasate Musikal, su aula de informática, la fonoteca... Asimismo, se habilitará una terraza descubierta para actuaciones al aire libre.

El lifting al que se someterá Aprendices conservará la composición arquitectónica del edificio. Uno de sus rasgos distintivos, pero no el único. La talla de San José expuesta en la hornacina de la que ha sido la entrada principal se mostrará en un lugar del nuevo inmueble aún sin decidir, al igual que otros elementos como las letras que perduran del histórico rótulo de la escuela que nació al calor de la Unión Cerrajera. Además, la entrada se moverá a la fachada sur, frente al bidegorri. l