donostia - Donostia no permitirá que en ningún portal se concentren más de 350 metros cuadrados de viviendas de uso turístico, según prevé la nueva ordenanza que regula este tipo de negocios y que recibió ayer la primera aprobación de la Junta de Gobierno local.

La normativa que inicia ahora su tramitación divide la ciudad en tres zonas. En la Parte Vieja y el puerto, que se declaran zona saturada (A), no se podrán abrir nuevos pisos de uso turístico y, además, habrá que clausurar todos aquellos que no cumplen la norma municipal actual, que solo permite estos pisos en las primeras plantas. “Lo que no es regular ahora en la Parte Vieja no lo va a poder ser nunca”, recalcó el alcalde, Eneko Goia, que dio a conocer el nuevo articulado junto al concejal de Urbanismo, Enrique Ramos.

La segunda zona de la ciudad, considerada de alta demanda (B), corresponde al Centro, Gros y las zonas más centrales de El Antiguo, Amara y Egia. En este entorno también se autoriza el uso turístico en la primera planta y se permite otra vivienda turística más en las seis plantas siguientes de edificio, siempre que no se superen 250 metros cuadrados de usos no residenciales. En ellos se computan los locales comerciales que tengan acceso por el portal. Si el edificio tiene más de doce plantas podría admitir otro piso turístico, pero cumpliendo el mismo tope máximo de 250 metros cuadrados en toda la comunidad.

En el resto de la ciudad, la zona con posibilidad de incremento (C), se permitirán también estos alojamientos en el primer piso, otros dos en las seis siguientes plantas, y otros dos en caso de que haya otras seis plantas. Eso sí, en total no se podrán superar los 350 metros cuadrados de usos terciarios con acceso desde el mismo portal.

Goia manifestó que, con las nuevas condiciones, se espera que se produzca un “reducción evidente” de este tipo de alojamientos. Asimismo, recordó que solo el 27% de los pisos de uso turístico registrados por el Gobierno Vasco en Donostia (unos 1.200) cumplen la normativa municipal actual. Por ello, consideró que con la nueva ordenanza crecerá el porcentaje legal aunque no se podrá asumir todo lo existente.

parte vieja De hecho, la saturación aplicada a la Parte Vieja conlleva que muchas de las viviendas que han surgido en este barrio tendrán que echar el cierre. Recientemente, el Ayuntamiento ha remitido al Gobierno Vasco una lista de 60 apartamentos turísticos irregulares que han sido clausurados con el fin de que los elimine de su listado de pisos regulados. Según explicaron los responsables municipales, en el futuro, para que una vivienda de uso turístico tenga permiso del Gobierno Vasco deberá cumplir con la ordenanza municipal y viceversa.

La ordenación de la realidad actual requiere de un mayor número de trabajadores municipales por lo que el Ayuntamiento aprobó ayer una ampliación de plantilla de diez personas: cinco agentes de la Guardia Municipal y cinco técnicos de Urbanismo. Así, habrá una mayor disponibilidad para llevar a cabo todos los trámites relacionados con las licencias, las aperturas, las inspecciones y los cierres de estos espacios.

La nueva normativa, además, contempla la “presunción” de que una vivienda se use para alquiler turístico siempre que se ofrezca por cualquier canal o medio de comunicación. En ese caso, el Ayuntamiento se arroga la potestad de poder llevar a cabo su inspección.

un registro Los donostiarras, además, dispondrán de información concreta sobre qué pisos tienen licencia para ser destinados al alquiler turístico, de modo que los ciudadanos puedan comprobarlo en la web y, además, comunicar al Ayuntamiento el uso ilegal de apartamentos en su propia vecindad. Un censo público será publicado en la web.

La llamada Ordenanza Reguladora del Uso Urbanístico de Vivienda Turística y Alquiler de Habitaciones en Vivienda Habitual para uso Turístico recalca, además, que solo afecta a las parcelas residenciales y a los locales que tienen categoría de vivienda. También queda incluido en la nueva normativa el alquiler de habitaciones en la vivienda habitual, unos espacios que no podrán ocupar más de la mitad de la totalidad del piso o un máximo de 125 metros cuadrados.

El articulado impone un régimen de sanciones que oscila entre los 600 y 50.000 euros por los distintos incumplimientos, así como la clausura del piso. También prevé el cobro de una tasa por parte del Ayuntamiento, cuya cuantía no ha sido aún fijada.

Tras la primera aprobación de ayer, el texto se expondrá al público para que se puedan presentar alegaciones y podría pasar su trámite plenario en octubre. Goia señaló que la intención municipal es que la aprobación definitiva se produzca a finales de enero.

Tras la presentación pública de la nueva normativa, la portavoz de EH Bildu, Amaia Almirall, manifestó que el texto “no puede ser una amnistía para los más de 1.500 pisos ilegales que hay que cerrar”. La corporativa, que criticó no haber recibido aún el documento tras su aprobación, aseguró que lo primero que debe hacer el Gobierno municipal es “cerrar los 1.500 pisos ilegales que hay”. Si no, señaló, la nueva normativa “no tendrá credibilidad”.

Parte Vieja. Zona saturada. Solo puede haber pisos de uso turístico en bajos y primeras plantas. Los demás deberán cerrar. No se darán nuevas licencias.

Centro, Gros y partes de Amara, El Antiguo y Egia. Zona de alta demanda. Se permiten pisos de uso turístico en las viviendas del bajo, en las primeras plantas y en las altas si no hay viviendas debajo. Además, se autoriza otro piso turístico más por cada seis plantas suplementarios. En total no podrá haber más de 250 metros de usos no residenciales con el mismo portal de acceso.

Resto de la ciudad. Igual que el anterior pero en lugar de autorizarse un piso por cada seis plantas se permiten dos. El máximo de metros no residenciales es de 350. En bloques de doce plantas, por ejemplo, podrían coexistir cuatro pisos turísticos, además de los de las plantas bajas, si no sumaran entre todos el citado metraje.

“Va a haber una depuración de la situación y un censo público de todos los apartamentos legales que pueda ver todo el mundo”, indicó el alcalde.

“No pretendemos tener la solución perfecta sino regular una actividad que no va a desaparecer de la noche a la mañana”, dijo el edil de Urbanismo, Enrique Ramos.