donostia - La Sociedad de Ciencias Aranzadi va a dar inicio a un estudio que, bajo el título Investigación sobre vulneraciones de Derechos Humanos en Donostia (1936-1945), pretende recoger información y testimonios sobre las personas que fueron represaliadas en la ciudad en dicha época.
El Ayuntamiento ha concedido una subvención de 17.996 euros con el objeto de que se lleve a cabo un trabajo cuyos resultados definitivos se darán a conocer en 2019.
El alcalde, Eneko Goia, subrayó la importancia de que en Donostia se realice “un análisis serio y riguroso sobre este periodo”, dado que hasta la fecha se dispone solo de “trabajos dispersos” y “parciales”, por lo que quedaba pendiente contar con una “visión más integral” de la época.
Aunque Aranzadi ha llevado a cabo trabajos de similares características en otros municipios, tarea a la que dio comienzo en 2001, Donostia será la primera capital de Euskadi en realizarlo, todo “un reto” para los investigadores que comenzarán su trabajo de inmediato.
Juantxo Agirre Mauleón, secretario general de Aranzadi, quiso explicar que el trabajo no se plantea como una “investigación histórica”. “Queremos saber qué pasó con las personas, con los donostiarras y con quienes siendo de fuera de Donostia fueron represaliados aquí”, añadió Agirre.
Lo que Aranzadi pretende conocer es cuántas personas tuvieron que partir al exilio, fueros asesinadas o acabaron “en la cárcel de Ondarreta”. En definitiva, se busca llevar a cabo “una radiografía completa de lo que ocurrió a los donostiarras entre 1936 y 1945”. “Hablamos de derechos individuales”, especificó Agirre Mauleón.
Este periodo de tiempo a estudiar se plantea como punto de partida, aunque no se descarta que a futuro el estudio pueda abarcar años posteriores. La información recopilada en este trabajo “con visión municipal” será “volcada” en la base de datos de la dirección de Derechos Humanos del Gobierno Vasco, con la que Aranzadi desarrolla una estrecha colaboración, así como con el Instituto Gogora.
Metodología El historiador Javier Buces explicó que lo que pretenden es conocer “con nombres y apellidos” a las personas que fueron represaliadas, para lo que resulta fundamental obtener testimonios directos e indirectos.
La investigación, aunque contempla también la consulta de los trabajos publicados y de los archivo locales, eclesiásticos y “sobre todo militares”, requiere principalmente la realización de una tarea de recopilación de testimonios, fotografías y “recuerdos de familia”.
Por cada una de las personas represaliadas se abrirá una ficha dividida en tres partes: datos personales, “tipo de vulneración de Derechos Humanos” del que fue víctima, y lo que consideran más importante, “elementos de prueba”.
Buces recordó los tres principios que rigen a nivel internacional cuando se habla de vulneración de los Derechos Humanos: verdad, justicia y reparación. “Aranzadi quiere cumplir con el principio de la verdad, cumplir con los otros compete a otras instancias”, añadió el representante de Aranzadi, que tiene claro que “sin verdad no puede haber ni justicia ni reparación”.
Convencidos de que “en torno a la represión franquista hay datos que solo se pueden obtener mediante testimonios”, Aranzadi quiere facilitar a los donostiarras que los hagan llegar, para lo que abrirá una Oficina de la Memoria Histórica en su sede, además de habilitar un número de teléfono y una dirección de correo electrónico con idéntico fin.
Nadie sabe cuántos testimonios podrán recogerse, aunque sí se calcula que en Donostia fueron entre 15.000 y 20.000 las personas “exiliadas, represaliadas o fusiladas”, por lo que a Aranzadi le queda por delante una ingente tarea a realizar.
En la primer fase la investigación se centrará en fuentes de información locales aunque, con posterioridad, se acudirá al resto del Estado. Al recoger testimonios se atenderá tanto a las personas que vivieron aquellos años como a los familiares directos de “personas fallecidas o represaliadas a consecuencia de la guerra y la dictadura franquista”.
Además, Aranzadi se ha marcado como objetivo involucrar a la ciudadanía donostiarra en este proyecto, no solo a la hora de recopilar la información sino también “dando a conocer y socializando” los resultados de la investigación.
La importancia de la tarea a la que va a dar inicio Aranzadi es grande para Donostia, como quiso subrayar Eneko Goia, quien calificó de “compromiso irrenunciable para cualquier institución democrática” el trabajar en la búsqueda y difusión de “la verdad de lo sucedido para poder incorporarlo a la memoria colectiva” y conseguir de este modo “reparar a aquellos y aquellas que sufrieron los horrores de la guerra y de la dictadura”.
Para trabajar en esta línea el Ayuntamiento creó en 2015 el Consejo Sectorial de la Memoria Histórica, en el que están representados los grupos políticos municipales y diversos colectivos y entidades.