idiazabal - Al malagueño Mounir El Ouazzani no le da miedo las aventuras ni los nuevos retos. Hace poco más de siete meses su vida cambió cuando se fue a vivir desde Benalmádena a Idiazabal junto con toda su familia. Ahora, recibe clases de euskera para poder comunicarse mejor con la gente de la zona.

Del sur al norte, de Benalmádena a Idiazabal. ¿Ha sido un cambio grande?

-La verdad es que no me asustan los cambios. He vivido en diferentes lugares; nací en Londres, después nos fuimos a Madrid, luego a Benalmádena y en los últimos años he estudiado ingeniería matemática en Madrid. Por lo que cuando decidimos venir a vivir a Idiazabal no me dio ningún miedo.

Claro, algunas diferencias son visibles, como el clima. Aquí muchos de los días, por no decir la mayoría, son grisáceos y en cambio en Málaga el clima es muy bueno. El otro día jugando un partido de fútbol de repente comenzó a granizar y me quedé un poco asombrado porque nunca había visto nada igual. En pocos segundos el campo se puso blanco (risas). Aun así, de las primeras cosas que me llamó la atención fue que aquí las tiendas suelen cerrar bastante antes que en Benalmádena.

Pero el empezar de cero siempre cuesta....

-Sí, bueno, yo soy bastante extrovertido. No he tenido problemas para hablar con la gente y conocer a los del pueblo. El bar Hodei también me ha ayudado para conocerlos más. Cuando llegué aquí y entré en el bar ya comencé a entablar conversaciones. También estoy en el equipo de fútbol y eso también ha sido de gran ayuda. Pero la verdad es que la acogida de la gente ha sido muy buena.

Tu familia lleva ahora el restaurante de Pilarrenea. ¿Cómo fue el primer trato con la gente?

-Quizás el día más complicado fue el día de la inauguración. Claro, a nosotros la gente nos hablaba en euskera pero yo no entendía nada. Enseguida les expliqué que todavía no sabía euskera y todos lo comprendieron pero a mí me dio un poco de rabia tener que estar excusándome por no entenderlos. Entonces vi claro que quería estudiar el idioma para poder comunicarme mejor con todos.

Con ese objetivo ahora mismo acudes a clases para aprender euskera en el ayuntamiento.

-Poco después de llegar a Idiazabal fuimos al ayuntamiento a preguntar por las clases de euskera. En aquel momento no había ninguna clase, pero se ha puesto en marcha un grupo. De esta forma, nos reunimos unas cinco personas de lunes a jueves desde las 15.30 hasta las 17.00 en el mismo ayuntamiento.

¿Y es tan difícil como se cree aprender el euskera?

-Hombre, fácil no es. Pero como cualquier idioma creo yo. La fonética es distinta y hay que acostumbrar el oído también. Yo intento hablar todo lo que puedo en euskera, aunque muchas veces no sé si lo que estoy diciendo es totalmente correcto, pero después pienso: Ya me corregirán. Todavía estamos en un nivel básico pero mi objetivo es sacarme el EGA lo antes posible, aunque me dicen que es difícil. Ahora estudio la carrera de ingeniería mecánica en la UPV en castellano, pero me gustaría también ser capaz de estudiar en euskera.