En Idiazabal se encuentran muchas casas de los indianos, de personas que se fueron a América y que retornaban a sus localidades de origen ricos. Después de hacer dinero ahí, volvían y solían hacer casas grandes, amplias y bonitas. Ese mismo es el caso de Pilarrenea, situado estratégicamente en el centro del pueblo. Demetrio Jauregialtzo creó la casa de Pilarrenea en el año 1911, hace ahora 105 años. Jauregialtzo viajó hasta Argentina donde hizo fortuna y después volvió hasta Idiazabal. Pero del mismo modo que la estructura y arquitectura de Pilarrenea recuerda que el creador se marchó hasta Argentina, ahí también tienen el recuerdo de Jauregialtzo, porque creó la localidad de Idiázabal de Argentina en el año 1909.

Después de crear la casa con grandes jardines a su alrededor también se constuyó un pequeño frontón y justo encima del frontón una pequeña casa que ha estado habitada durante muchos años y que hoy en día también existen, tanto Pilarrenea, como su frontón y la pequeña casa.

La enorme casa de Pilarrenea era en aquella época un emblema, aunque después vino una época en la que se convirtió en algo desconocido para muchos habitantes de la villa. Después del fallecimiento de Jauregialtzo Pilarrenea pasó sus peores años hasta que el Ayuntamiento en el año 2000 decidió que había que aprobechar todo el potencial que tenía. Situado en el centro de Idiazabal, con un jardín amplio y con grandes árboles era el lugar idóneo para darle un uso que pudiesen aprobechar los idiazabaldarras. Por ello procedieron a la compra de la casa y a su restauración. El objetivo era claro: poder concentrar en Pilarrenea diferentes servicios y de este modo la asociación de jubilados y pensionistas, el centro de día y un bar pasaron a ubicarse ahí. También se decidió ubicar un piso de servicios sociales en el edificio. En el año 2008 cuando se procedió a la reconstrucción y a la mejora de la casa de cultura las oficinas de Illati Euskara Elkartea y de la revista Aldaize pasaron a ubicarse ahí.

A día de hoy Pilarrenea es una lugar que los idiazabaldarras tienen mucho cariño. En el jardín principal de la casa se han instalado varias máquinas para que las personas más mayores puedan practicar deporte y en el frontón todos los días se pueden ver jóvenes jugando con la pelota. Es un sitio tranquilo en el que se respira paz y qué mejor ambiente para situar el centro de día y la asociación de jubilados y pensionistas. Además, hace poco el Ayuntamiento inauguró el nuevo centro de salud que se sitúa a pocos metros de Pilarrenea, que facilita si los más mayores tienen que ir al médico. También es usual ver a parejas recien casadas sacándose fotos para el recuerdo en los jardines y en una caseta pequeña que también está dentro del jardin. Un toque romántico que muchos quieren aprobechar.

Pero hasta hace poco el bar que está situado en la planta baja del edificio no ha sacado todo el potencial que tenía. Han sido varias las ocasiones en las que por parte de la ciudadanía existía “rechazo” por acceder a ese bar, ya que la gestión no parecía la adecuada. Visto lo visto, el Ayuntamiento quiso sacar a concurso la gestión de Pilarrenea y ahora lo regenta la bilbaína Marian Fernandez. “Cuando supe que la gestión de Pilarrenea salía a concurso no dudé y vine a visitarlo y a conocerlo de primera mano. Vi lo que es y me enamore tanto de Pilarrenea como del pueblo”, comenta. Fernandez subraya que ha dejado el restaurante que regentaba en Málaga para venir a vivir a Idiazabal junto con su familia. “Lo dejo todo y no voy a mirar atrás”, afirma entre sonrisas. En la inaguración del bar muchas personas se acercaron para ver cómo había quedado reformado y qué era lo que ofrecía el bar. Todos los asistentes sonreían por el buen trabajo hecho. Y no solo porque los idiazabaldarras y los visitantes desde ahora cuentan con un lugar más para poder tomarse un café o para comer, sino porque ahora Pilarrenea vuelve a brillar como brilló en sus mejores años cuando Jauregialtzo creó la magnífica casa con el jardín.