Desde que iniciara las excavaciones hace ya prácticamente tres lustros, los equipos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi dirigidos por el arqueólogo Xabier Peñalver han sacado a la luz numerosos vestigios prehistóricos localizados en la cueva de Praileaitz I, ubicada en el término municipal de Deba.
El hallazgo de unas pinturas rupestres “a base de rayas y puntos” fue especialmente llamativo; así como el descubrimiento de 29 colgantes, la mayoría decorados y datados del Magdaleniense inferior (hace unos 15.500 años); periodo en el que una especie de misterioso chamán pudo habitar la gruta.
Esos hallazgos, y otros que se produjeron posteriormente (en la campaña de 2012 aparecieron herramientas de piedra con una antigüedad de entre 40.000 y 120.000 años, lo que evidencia que además del hombre de Cromagnon también habitó en el lugar el de Neandertal), propiciaron que las instituciones declararan la cavidad como monumento protegido.
Sin embargo, la cueva de Praileaitz I, situada en los dominios de la cantera de Sasiola, no tiene garantizada su pervivencia, a pesar de que desde Aranzadi han mostrado su convencimiento de que la cueva tiene una extensión mucho mayor que la conocida y que “hay más yacimiento hacia el interior y se desconoce su alcance”.
La nueva amenaza con la que se ha encontrado la cavidad prehistórica está en el proceso que ha puesto en marcha la empresa Zeleta SL, responsable de la explotación de la cantera, para intentar modificar el deslinde de los bienes de dominio público marítimo-terrestre del tramo de la margen derecha de la ría de Deba, que según establece la Orden Ministerial aprobada el 30 de julio de 2001, abarca al tramo que va desde el puente de Sasiola hasta la desembocadura de la ría.
De salir adelante el proceso iniciado por la empresa explotadora de la cantera, la zona de dominio público protegida por la Ley de Costas (alcanza 100 metros de servidumbre a cada lado de la ría) se reduciría “desde el puente de Sasiola hasta la curva que hay en la parte baja de la cantera”.
Eso implicaría la desprotección de la ladera que alberga la cueva; toda vez que, según explican desde la plataforma de defensa medioambiental Mutriku Natur Taldea (MNT), “la Ley de Patrimonio protege la cavidad y 50 metros alrededor, por lo que solo quedaría protegida la cavidad y un pirulí de piedra” en torno a la gruta.
Ante esa situación, desde MNT han solicitado a la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar “que declare nula” la petición realizada por la empresa Zeleta SL para rectificar el deslinde de los bienes de dominio público marítimo-terrestre. Y es que, según han explicado desde la asociación de defensa medioambiental a NOTICIAS DE GIPUZKOA, “de aprobarse la modificación planteada, la empresa explotadora de la cantera tendría las manos libres para comerse buena parte de lo que queda de la ladera de Praileaitz”.
Así las cosas, desde Mutriku Natur Taldea piden a la Agencia Vasca del Agua, a la Diputación territorial y a la Dirección de Costas “que hagan prevalecer el interés general a los intereses económicos de la empresa responsable de la cantera”.
Además, desde la plataforma de defensa medioambiental anuncian la presentación de sendas mociones para que las corporaciones municipales de Deba y Mutriku se posicionen en sus próximas sesiones plenarias en contra de la modificación de deslinde planteada por Zeleta SL.
En su moción MNT también instará a las citadas corporaciones locales para que promuevan aumentar “hasta 200 metros, aguas arriba y en ambas márgenes de la ría” la zona del actual deslinde “para preservar el patrimonio del Dominio Público Marítimo-Terrestre con su zona de influencia y para prevenir posibles incrementos de marea por el cambio climático”.
Por otro lado, el colectivo ecologista recuerda que “el Gobierno Vasco ya indemnizó con 18,4 millones de euros de las arcas públicas a la cantera, para compensar los perjuicios a su actividad que podría ocasionarle el decreto que calificaba a Praileaitz como bien cultural calificado”.
Asimismo, Natur Taldea critica la “muy débil” defensa jurídica ejercida por el Ejecutivo autonómico para preservar la cueva. Según señalan desde la agrupación, “al estar protegida por la Ley de Costas la cantera no puede comerse la ladera pero, aun así, se ha comido parte del monte y no se le ha pedido que rinda cuentas por ello”.