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Irimo: el Kilimanjaro de Urretxu

Irimo es el monte por excelencia de Urretxu. El que vigila el pueblo y está rodeado de leyendas. Como el Kilimanjaro en Africa. La asociación Zintzo-Mintzo ha organizado una salida para dar a conocer la historia de Irimo.

Irimo: el Kilimanjaro de Urretxu

El Kilimanjaro es la montaña por excelencia de Africa. El único monte de ese continente que conoce la gran mayoría de la gente. En Urretxu sucede lo mismo con Irimo: son muy pocos los vecinos capaces de decir el nombre de otro monte del pueblo. Irimo es el monte en mayúsculas. Al igual que el Kilimanjaro, su silueta es inconfundible, se alza vigilante sobre el pueblo, surte de agua a la gente que vive en sus faldas y ha sido testigo de múltiples acontecimientos. La asociación euskaltzale Zintzo-Mintzo ha organizado una salida para dar a conocer la historia de este monte. Tendrá lugar el domingo que viene. Los montañeros saldrán a las 7.45 horas desde la plaza Areizaga-Kalebarren.

De camino a la cruz, visitarán algunos de los lugares más emblemáticos de Urretxu. Primero pasarán por la parroquia, donde descansan los restos de Gaspar de Jauregi. Este guerrillero urretxuarra luchó contra las tropas napoleónicas. Ya en las faldas de Irimo, pasarán por los neveros de Nebera. Son unos agujeros donde se guardaba la nieve, que posteriormente se utilizaba para la medicina o la conservación de los alimentos.

Irimo, al igual que el Kilimanjaro, siempre ha suministrado materias primas a la gente que vive en su regazo. Jonmikel Intsausti, el guía de la visita del domingo que viene, ha preparado un dossier en el que se recoge un dato muy curioso: tres de los manantiales de Irimo pertenecen a Zumarraga. Los compró el Ayuntamiento en 1902, para solucionar sus problemas de abastecimiento.

Los participantes en la visita guiada pasarán también cerca del barrio Irimoegi (en Antzuola) y el túmulo de Trekutz. Intsausti les explicará que Irimo marca la frontera entre el euskera de Debagoiena y el de Urola Garaia. Después, pasarán por las siete puntas de Irimo. Porque Irimo no quiere ser menos que el Kilimanjaro. Si la montaña africana tiene tres volcanes, la urretxurra tiene siete puntas.

La cruz grande se construyó en la punta que lleva el mismo nombre que el monte, pues era el lugar más adecuado para ello y es, además, la única punta que se ve desde el casco urbano. La actual cruz se inauguró en 1955 y debajo tiene un refugio.

Ya de vuelta al pueblo, pasarán por Lizarriturri y Santa Bárbara: dos símbolos de Urretxu. La fuente de Lizarriturri data de 1936 y Santa Bárbara es el principal lugar de esparcimiento del pueblo. Hoy mismo, a las 18.00 horas, acogerá un concierto: tocarán Bengelifere Trio y Niño de Elche. Y el día 24, como todos los años, se celebrará allí romería de San Juan.

En Santa Bárbara, además de una ermita y un albergue, se encuentra el edificio más emblemático de Urretxu: el palacio Ipeñarrieta. Este coloso de 575 metros cuadrados de planta lo construyeron los Ipeñarrieta, una familia muy bien colocada en la corte. Intsausti hablará de esta familia y de su palacio. Finalmente, bajarán al casco urbano por el camino real. Por este camino pasó el rey Felipe III de camino a Francia, donde se iba a casar su hija: el 2 de noviembre de 1617 durmió en el palacio Ipeñarrieta. Por las faldas de Irimo pasaron también Napoleón Bonaparte, su hermano José y el pintor Velázquez, entre otros.

Urretxu es un pueblo a un monte pegado y los urretxuarras están orgullosos de ello. La fábrica más importante que ha existido en el pueblo se llamó Irimo y llegó a dar trabajo a más de 500 personas. En 1995 pasó a manos de una multinacional y en 2001 esta cerró la planta de Urretxu, pero la marca sigue existiendo: las herramientas Irimo son sinónimo de calidad.

Un sentimiento Pero Irimo es, sobre todo, un sentimiento. Para explicarlo, nadie mejor que un urretxuarra al que la vida ha llevado lejos de su pueblo: el actor Joseba Apaolaza. Nació en las faldas de Irimo y sus padres eran aficionados al monte, por lo que ha subido muchas veces a la cumbre.

Utilizaba este monte para ponerse en forma. “Jugaba a fútbol en el Urola y, antes de empezar la temporada, solía subir a Irimo con un montón de ropa encima para ponerme en forma. Como para habernos matado...”.

Con 18 años se fue a estudiar a Donostia y desde entonces ha vivido fuera. Cuando viene de visita, es Irimo el que le da la bienvenida al pueblo. “Es nuestro monte, el que está encima de Urretxu, con su inconfundible silueta. Recuerdo, por ejemplo, que cuando se acercaba el Aberri Eguna solíamos preguntarnos a ver si alguien pondría la ikurriña en la cruz. Y siempre había alguien que la ponía”.

Apaolaza siempre viene a Urretxu con el tiempo justo y lleva años sin subir a Irimo. Casualmente, lo va a hacer hoy mismo. Les va a enseñar el monte a su mujer y su hijo pequeño.

Su esposa, la artista tolosarra Miren González, no ha estado nunca en la cumbre pero conoce bien el monte: porque lo ha visto en sus visitas a Urretxu... y porque pintó la silueta de Irimo en unas camisetas. “Le pedí a Miren que pintara unas camisetas con el lema Born in Urretxu (nacido en Urretxu) y la silueta de Irimo y se las regalé a los más cercanos”. En un souvenir de Urretxu, no podía faltar Irimo. Sería como si los nepalíes se olvidaran del Himalaya.