"El haber terminado el proyecto ya es un pequeño triunfo en sí mismo"
Los tolosarras Iñigo Asensio e Iñigo Eraso han trabajo juntos en la producción Richard Oribe. Al otro lado de las medallas presentada recientemente en el XIV Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia
Tolosa. Iñigo Asensio e Iñigo Eraso trabajan juntos desde hace años en varios programas y proyectos. Los últimos cuatro los han dedicado, aunque no en exclusiva, a la realización de un documental que comienza ya a proyectarse en diferentes salas y festivales de la península, por ahora. Su director y guionista, Iñigo Asensio, y su director de fotografía, Iñigo Eraso, nos reciben junto al Oria.
¿Cómo definirían el documental de Richard Oribe a alguien que no haya visto ni oído hablar de él?
- Iñigo Asensio: Tomando el título como punto de partida, Richard Oribe. Al otro lado de las medallas, yo diría que el documental intenta mostrar la otra cara del conocido nadador y medallista olímpico. Más allá de aplaudir y alabar los logros del deportista paralímpico, nuestro proyecto cuenta la historia de un niño a cuyos padres los médicos dicen al nacer que no podrá caminar, que no podrá moverse. Es una historia de superación, centrada sobre todo en la familia, el entorno y el hogar en paralelo con la natación.
¿Cuánto tiempo han trabajado en el proyecto?
- I.A.: Casi cuatro años. En agosto hará cuatro años desde que entrevistamos a la madre de Richard por primera vez. El proceso ha sido un poco a golpes porque normalmente se consigue la financiación, después se graba y al final se monta. Pero los juegos de Londres se nos venían encima y tan pronto como conseguimos el primer patrocinador, la empresa Michelín de Lasarte, nos fuimos a Londres a rodar.
- Iñigo Eraso: Después ha habido muchos altibajos, arranques y parones, porque hemos ido avanzando a medida que conseguíamos la financiación. A día de hoy aún está por cerrar.
Llevan tiempo trabajando juntos y han colaborado en varios programas además de embarcarse en este documental. ¿Que tal se les da?
- I.E.: Nos arreglamos bien. Él lleva un poco el contenido y yo la técnica y normalmente nos entendemos porque cada uno hace su parte sin demasiada necesidad de ponernos de acuerdo.
- I.A.: Yo creo que además tras tantos años trabajando juntos tenemos la suficiente confianza para decirnos si un contenido se cae o para proponer un plano diferente. Al final hablamos de todo porque buscamos que todo tenga una lógica, que el área del uno y del otro sean acordes. Aunque a veces discutimos, claro, pero son las menos.
Cuatro años dan para mucho y seguro que les cuesta quedarse con dos, ¿pero cuáles han sido el mejor y el peor momento del proceso?
- I.E.: No sé si es el mejor, pero el más divertido yo creo que fue Londres, con Richard y su familia allí.
- I.A.: La familia además tiene, dicho cariñosamente, un punto muy cómico. Tienen muy buen humor, un buen rollo y un cachondeo que hicieron que Londres fuera muy guay. Y el peor fue la quincuagésimo sexta institución a la que planteamos el proyecto y nos dijo que no. Y cuando digo quincuagésimo sexta podría decir sexagésimo tercera. Ha sido un dolor de muelas tratar de financiar este proyecto.
- I.E.: El peor un poco el que dice Asensio, pero sobre todo el momento en que ves que si sale adelante, es por el amor que tenemos a este arte. Porque se podía haber quedado por el camino.
- I.A.: Hay que dar las gracias sin duda a las empresas e instituciones que nos han apoyado, pero si ha salido ha sido porque nos hemos comido un marrón tremendo. También es verdad que Richard contagia y una vez que asumimos que teníamos que contar su historia, siempre hemos tirado para adelante.
Entiendo que no es fácil producir un documental por iniciativa propia hoy en día.
- I.A.: Sin duda alguna. Y lo es menos cuando juegas con prisa. Visto desde la perspectiva del tiempo, creo que el gran problema que tuvimos nosotros fue que los Juegos de Londres estaban a dos meses del momento en que nos pusimos en marcha con el proyecto. Empezamos por invertir el proceso de producción cuando nos fuimos a grabar aún con poco dinero y eso hizo que fuera aún más complicado. No hay una cultura audiovisual aquí y mucho menos del documental. No la hay en cuanto a consumo público en líneas generales y tampoco en cuanto a las ayudas.
Ahora que ya está terminado y se ha estrenado, ¿qué es lo que sienten?
- I.E.: Alivio. Eso lo primero. Ya está hecho y a partir de ahora donde llegue llegará, lo moveremos cuanto se pueda entre festivales y demás, pero es un alivio tenerlo terminado.
- I.A.: Sobre todo eso y constatar que lo hemos hecho después de haber creado tanta expectación, de haber hablado a tanta gente durante tantos años del documental de Richard Oribe. El haber llegado hasta aquí ya es un pequeño triunfo por sí mismo.
- I.E.: Nos han preguntado cientos de veces durante estos años cómo iba el documental y cuándo lo íbamos a terminar.
¿Están nerviosos por cómo va a ser su acogida?
- I.A: Yo he repetido mucho últimamente que es una peliculita. A pesar de la expectación que ha generado el documental por la fuerza del personaje y por todo el tiempo que le hemos dedicado al proyecto, es un documental pequeño y tampoco se debe esperar una superproducción. Hemos puesto todo el cariño, todo lo que estaba en nuestra mano y unos años de oficio en el sector, para intentar contar la historia lo mejor posible. Pero siempre recuerdo a quien me pregunte que no deja de ser un documental hecho con mucho cariño y cuatro mimbres.
Más en Gipuzkoa
-
Andreas Prittwitz, protagonista del segundo concierto del ciclo Udaberriko Musikaldia de Azkoitia
-
Trabajadores de una empresa de Donostia retienen a un varón que intentaba robar
-
El 73% de los vascos, a favor de controlar la publicación de noticias falsas
-
Previsión del tiempo: sábado radiante en Gipuzkoa