Zizurkil - El alcalde, Joxe Mari Luengo, y la teniente de alcalde, Maite Amenabar, arropados por los representantes de los comercios de Zizurkil, entregaron ayer en la oficina que Kutxabank tiene en Villabona 700 firmas que exigen a la entidad financiera volver a colocar un cajero automático en el pueblo. También entregaron una moción, aprobada por unanimidad, en la que se insta a la entidad a dar marcha atrás en su decisión, de lo contrario, el Ayuntamiento amenaza con “tomar medidas acerca de los bienes que tiene con Kutxabank”.

El pasado 29 de enero la entidad retiró, según explican desde el Ayuntamiento, sin previo aviso, el único cajero automático que había en la localidad. Desde entonces los representantes municipales se han reunido con los de la entidad financiera para proponerles alternativas sobre otros emplazamientos, a lo que todavía no han recibido respuesta. “Creemos que están demorando la situación para que se relaje la tensión y por ello hemos decidido entregar las firmas y la moción en la oficina de Villabona”, declaró ayer frente a la oficina de Villabona el alcalde, Joxe Mari Luengo.

El primer edil aseguró sentirse discriminado como municipio por parte de Kutxabank, más aún cuando Kutxabank tiene cajeros en todos los pueblos pequeños de alrededor. “En Euskal Herria no habrá pueblo de más de 3.000 habitantes, como es Zizurkil, que no tenga una oficina. Y a nosotros, además de no tener oficina, ahora nos quitan el cajero con todo lo que ello supone”, manifestó el alcalde. En este sentido, también denunció la actitud “poco social” que está demostrando Kutxabank hacia los zizurkildarras, que se ven obligados a ir a otras localidades cercanas, como por ejemplo Villabona, siempre que quieren sacar dinero.

Garazi Dorronsoro, de Garazi Loradenda, quiso acompañar a los representantes municipales en la entrega de firmas de ayer. Reiteró la importancia que tiene contar con un cajero en el municipio. “Nos parece una falta de respeto, sobre todo, hacia todos los clientes que utilizábamos el cajero a diario. Es un servicio que necesitamos, cuantos menos servicios ofrezcamos en el pueblo, es peor para el pequeño comercio”, declaró la comerciante. Joxean Aranburu, de Joxean Harategia, también cuestionó la decisión de Kutxabank: “siempre estamos escuchando que el comercio pequeño mantiene vivos los pueblos, pero la realidad es totalmente opuesta y este es un caso claro”.