irun - Los hermanos Garate siguen fieles a su cita de todos los años y en su taller del barrio de Ventas han dado idea y forma, un año más, al Zanpantzar. “Siempre con un toque de humor y crítica”, aseguran.

¿Cómo han caracterizado este año al Zanpantzar?

-Este año al Zanpantzar le ha dado un arrebato justiciero y nos viene vestido de mosquetero, que es además un personaje y disfraz más que socorrido en un Carnaval. Eso sí, su particularidad es que viene a comerse a todos los chorizos que pueda encontrar, que en los últimos tiempos están aflorando a base de bien entre nosotros. Su objetivo es encontrar a todos los chorizos y comérselos. Pero mucho nos tememos que aunque se los coma, seguirán saliendo más aquí y allá. Este año la alegoría está bastante clara. Zanpan-tzar viene dispuesto a acabar con todos los chorizos que pueda, ensartándolos con su espada y comiéndoselos. Pero ni siquiera tiene pan para tanto chorizo, el pobre. Veremos si acaba con una indigestión o no.

¿Cómo les surge la idea para el Zanpantzar de este año? ¿No corren peligro de quedarse sin conceptos algún año?

-Por desgracia, no fue nada difícil encontrarlo, porque el tema de los chorizos que nos rodean está de rabiosa actualidad y todo indica que seguirá estándolo un tiempo, aunque parece que poco a poco se va empezando a hacer justicia en algunos casos. Pero seguro que la producción de embutido seguirá. La verdad es que no es tan difícil encontrar los temas en sí, porque nos nutrimos de una realidad que es muy rica y diversa. A veces recurrimos a temas más generales y otras, a asuntos que están más de actualidad en el ámbito local, en el mismo Irun. Lo complicado suele ser dar con la plasmación de esa idea en la figura del propio Zanpantzar. Puede haber ideas muy buenas que a veces uno no consigue plasmar en el monigote, aunque Zanpantzar es capaz de adaptarse a casi todo, la verdad.

¿Cómo afrontan el conjugar el humor, la ironía o la crítica, con el cuidado a la hora de tratar ciertos temas? ¿Es complicado?

-Nos ha ocurrido en algunas ocasiones, sobre todo estos últimos años, con la crisis económica, que ha sido y sigue siendo dura para todos, también en Irun. Intentamos afrontar los temas con sentido del humor, desde el respeto a la gente que sufre dramas como el desempleo, por ejemplo. Además, antes eran cosas como que les afectaban muchas veces a otros, pero hoy, si no somos nosotros mismos, todos tenemos cerca a alguien que sufre el azote de problemas como el paro, la precariedad o la falta de vivienda. Nuestro objetivo es la crítica, sí, pero también invitar a disfrutar y olvidarse de los problemas, que esa es la esencia del Carnaval.

También les toca diseñar y construir la sardina que el próximo martes arderá junto a Zanpantzar. ¿Cómo es la de este año?

-Este año, la sardina tiene forma de cohete, ese cohete del despegue económico que algunos dicen ver pero que la mayoría no terminamos de encontrar. Es un cohete dispuesto a propulsarse al espacio o donde haga falta, la locomotora de la tan cacareada riqueza y el empleo para todos que no sabemos si llegará muy lejos.

Este año, el Entierro de la Sardina de Irun llega con novedades. Se recupera el formato antiguo, con los estandartes y los personajes como las plañideras, además de los Akerras. Les ha tocado confeccionar las máscaras, en este último caso. ¿Un trabajo extra que viene bien, no?

-Nos ha alegrado mucho la intención de volver a dar lustre al Entierro de la Sardina, que desde que la sociedad Izoki dejó de organizarlo había perdido fuelle y estaba de capa caída en los últimos años. Es bueno que entidades como Ondare Kultur Elkartea se animen a coger el relevo de Izoki y que las comparsas también vayan a involucrarse. A nosotros nos ha tocado hacer las máscaras para los Akerras, y también nos han encargado unas parihuelas que van a servir para portar a la sardina de año en año. Es algo más de trabajo, que siempre viene bien en un oficio como el nuestro, que es de los que están en crisis permanente, aunque no podemos quejarnos. Pero nos alegra más y sobre todo que sea para revitalizar un acto como el Entierro de la Sardina.