Aunque su novela Tiempo de silencio dio mucho que hablar, la carrera literaria del psiquiatra donostiarra Luis Martín-Santos quedó muda tras el accidente de tráfico que le costó la vida en 1964. La editorial Erein ha iniciado una nueva colección de libros, bajo el nombre de Escenarios, en la que une autores y ciudad. La Biblioteca Municipal de Donostia acogió ayer la presentación de los dos primeros volúmenes de la colección, uno de ellos dedicado a la Donostia que recorrió Luis Martín-Santos y el segundo, centrado en el Bilbao de Gabriel Aresti.
De paseo por el San Sebastián de Luis Martín-Santos es, según explicó su autor, Javier Mina, un cuadernillo que recorre el itinerario de las andanzas del malogrado escritor por la que fuera su ciudad, a la que llegó muy niño, procedente de Larache (Marruecos), donde estaba destinado su padre. Mina explicó que las referencias literarias del psiquiatra a su ciudad son casi inexistentes. Solo una corta mención a Ondarreta porque el novelista “no contempló San Sebastián como escenario”. Sin embargo, es te paseo no narrado por el novelista fallecido, aunque seguro que transitado, es recreado por Mina, que dio un paseo literario en abril del pasado año en torno a la ciudad en la que vivió Luis Martín-Santos, a instancias de una actividad organizada por Donostia Kultura. En el libro, que se inspira en aquella caminata, no solo aparecen sus amigos, los lugares en los que vivió y otras imágenes de la ciudad, el libro de Mina está poblado de anécdotas que ayudan a conocer al novelista.
Un ejercicio muy parecido enlaza la figura de Gabriel Aresti con Bilbao, en este caso de la mano de Seve Calleja, también enamorado de la figura de Aresti, otro escritor fallecido antes de tiempo. El puro que guardaba para celebrar la muerte de Franco y que se quedó sin encender da muestra de su adiós prematuro. Calleja centra su obra en el Bilbao vivido por el poeta euskaltzale y, de paso, el lector conoce más sobre el personaje. El autor de Gabriel Aresti, una biografía de Bilbao recordó, como anécdota, que en su labor docente tuvo que explicar Tiempo de silencio en el instituto de Sagüés a uno de los hijos de Martín-Santos.