urretxu - ¿Por qué estudió Decoración de Interiores?
-En realidad, mi primera opción fue Turismo. Empecé a estudiar Turismo en Bilbao, pero me sentí desubicada. Lo dejé en tercero. Después me matriculé en Decoración de Interiores. Comencé los estudios en Bilbao y los finalicé en Donostia. La verdad es que no fue vocacional. No era una niña de esas que se pasan el día dibujando. Cuando empecé los estudios de Decoración, mi padre bromeaba diciendo que tenía una Goya en casa y no se había dado cuenta. La verdad es que me matriculé en Decoración por eliminación y he descubierto después que es un mundo que me gusta mucho. Me encanta mi profesión.
¿Por qué?
-Entras en la casa de una familia para crearles un hogar. Los interioristas ofrecemos tanto reformas completas como consultas. Por ejemplo, de qué color pintar una habitación. Cuando vamos a decorar una casa o reformarla, lo primero que hacemos es escuchar al cliente. No en vano, cada casa y cada familia es un mundo. Cada uno tiene sus necesidades. El que lleva 10 años viviendo en una casa sabe muy bien qué necesidades tiene. El que estrena vivienda, no lo tiene tan claro. Yo les hago varias propuestas y les dejo elegir la que más les convence.
¿Dónde ha trabajado hasta ahora?
-Cuando finalicé los estudios, estaba trabajando en la cafetería de mi familia y no se me pasaba por la cabeza montar mi propio estudio. El primer trabajo me lo ofrecieron en Muebles Arzuaga de Zumarraga. Después, trabajé en Harria Gresak de Beasain. Allí aprendí mucho. De ahí fui a Iker Sukaldeak de Urretxu. Estando en Iker abrí mi propio estudio y ahora trabajo solo por mi cuenta. Dispongo de mucho más tiempo para los clientes.
Empezó a trabajar en este sector antes de que llegara la crisis. ¿Notó mucho la llegada de la crisis? ¿Cree que estamos saliendo de la misma?
-La verdad es que nunca me ha faltado trabajo. Ahora mismo, no habiendo salido de la crisis, puedo decir que tengo mucho trabajo.
¿En el mundo de la decoración también hay tendencias?
-Sí. Todos los años voy a la feria de Milán, pues normalmente es allí donde se marcan las tendencias. Los países nórdicos también están pegando fuerte. El estilo nórdico, industrial, está muy de moda. Es importante estar al día: ir a las ferias, ver las tendencias, reunirse con los proveedores... Viajar es la mejor escuela de un decorador. Hay que moverse. Suelo ir también a Madrid y a Barcelona y este año tengo intención de ir a París. En Estocolmo también organizan una feria muy bonita.
¿Cuál es el estilo que más le gusta a usted?
-Me he aburrido un poco del diseño nórdico. Yo apostaría por algo más personal. Incluir elementos que muestren mi personalidad: mezclar los muebles viejos con los nuevos.
¿Qué es lo más raro que le han pedido?
-Nunca me han pedido algo especialmente extraño. Lo que sí recuerdo es que tuve que decorar una casa sin saber para quién iba a ser cada habitación. Cuando me llamaron, no lo habían decidido todavía. Por otro lado, he decorado todo tipo de espacios: caseríos, villas, pisos pequeños, cafeterías, tiendas... Se trata de sacar chispas al espacio en cuestión.
Las familias confían en usted para crear el hogar en el que van a vivir durante décadas. ¿Cómo es la relación con los clientes?
-La gente es muy simpática y en este trabajo se hacen amistades. Hay que tener en cuenta que entramos en las casas de la gente. A veces me toca volver a esas casas después de varios años y la sensación suele ser muy bonita. No en vano, dejas algo de ti en cada vivienda. En cuanto entro en una casa, recuerdo cómo me sentía en la época en la que trabajé allí.
¿Cree que la gente cada vez le da más importancia a la decoración?
-Sí. Yo creo que los programas de televisión han tenido influencia en ello. La gente suele venir pidiendo cosas que ha visto en la tele.
Su txoko guipuzcoano favorito. Mutriku. Me gusta mucho el mar, el pueblo es bonito y, además, tengo amigos allí.
Un paisaje idílico. Txindoki, desde la autovía o desde Deskarga, sobre todo al amanecer. Suelo pensar que solo por ver eso ha merecido levantarse.
Una fiesta o un evento cultural. La Euskal Jaia de Urretxu.
Un monte. Irimo.
Una playa. Me gustan más las calas. Me quedo con la de Sakoneta, en Deba. En la zona de Jaizkibel también hay calas bonitas.
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ipuzkoando