La casa del empresario legazpiarra Patricio Echeverría, Agirre-Etxeberri, pasó el año pasado a manos del municipio. Los legazpiarras disfrutan de un gran parque en el centro del pueblo y la escuela de música por fin dispondrá de un edificio acorde a sus necesidades. Pero solo cinco meses después de su apertura, el Ayuntamiento se ha visto obligado a cerrar una parte del parque y vallar la casa, para evitar que se produzcan más actos vandálicos.

El Consistorio ha enviado una carta a los legazpiarras en las que les informa de la medida y lamenta el haber tenido que tomarla. “Últimamente se han producido destrozos en el parque de Agirre-Etxeberri. Aunque se ha apostado por diversas soluciones, todos los intentos han sido en vano. Ello ha obligado al Ayuntamiento a cerrar la entrada posterior del parque, situada en Santikutz kalea”.

Se recuerda que no han dejado de producirse actos vandálicos desde que se abrió el parque. “Han roto papeleras, ventanas y vidrieras, forzado la cerradura de una de las puertas, realizado pintadas y manchado paredes arrojando fruta”. La Ertzaintza y la Policía Municipal reforzaron la vigilancia, pero los destrozos no han cesado. Es más, han ido en aumento. De hecho, a finales de año llegaron a encender una fogata, poniendo en peligro la integridad del edificio.

Ha sido la gota que ha colmado el vaso. “El Ayuntamiento abrió las puertas del parque para el uso de todos los legazpiarras, ya que se trata de un espacio público. Pero a la vista de que algunas personas se han obstinado en causar daños en dicha zona y teniendo en cuenta el peligro y los gastos que ello conlleva, ha tenido que tomar una dura decisión, la de cerrar la entrada”.

En adelante, y hasta que se acondicione el edificio como escuela de música, solo permanecerá abierta la entrada de la calle Urola. Los legazpiarras solo podrán acceder a la parte inferior del parque. La casa y el parque de arriba permanecerán vallados. “No ha sido una decisión fácil ni del agrado del Ayuntamiento, pero consideramos que en estas circunstancias es la única solución posible. Es una medida tomada a raíz de la mala conducta de unas pocas personas y que desgraciadamente nos afecta a todos. Este Ayuntamiento espera que las personas responsables cambien de actitud. Disculpad las molestias”, concluye la carta enviada por el Consistorio a los vecinos.

La concejal de Bildu Rakel Puente recuerda que intensificar la vigilancia no ha servido de nada. “La Policía Municipal no trabaja de noche y pedimos a la Ertzaintza que vigilara la zona, pero no podemos tener a una persona vigilando la casa durante las 24 horas del día. Y esta última vez, no ha cogido fuego de milagro. Esperamos que cuando se ocupe el edificio de viviendas que se está construyendo junto a Agirre-Etxeberri y se abra la escuela de música, dejen de producirse este tipo de actos”.

La oposición La misiva enviada por el Ayuntamiento cuenta con el respaldo de los partidos de la oposición, pero estos creen que se podían haber tomado más medidas. El portavoz del PNV, Javier Iraeta, recuerda que fue decisión de Bildu abrir el parque antes de trasladar allí la casa de cultura. “Se quería abrir cuanto antes y todavía no estaba en condiciones”. No está seguro de que vallar el entorno sea la solución. “Hace falta más vigilancia. Quizá se podrían poner cámaras”. Por otro lado, cree que los autores de los desperfectos son jóvenes y se debería tratar el tema en las escuelas.

Óscar Valbuena, portavoz de PSE-EE, recuerda que los actos vandálicos no se han producido solo en Agirre-Etxeberri. “Lo que está sucediendo es preocupante y tenemos que analizar el problema en su globalidad. Hay que organizar campañas de sensibilización, dar charlas en los colegios, hablar con los padres...”.