Un último esfuerzo a fin de año
Algunos comercios donostiarras emplean un valioso tiempo en cambiar sus escaparates para las fechas navideñas en un intento de incrementar sus ventas o participar en el tradicional concurso de escaparates. El de este año ha atraído a 92 establecimientos, aunque son más los que no cambian sus vitrinas.
Algunos comercios de Donostia ya se han vestido de Navidad. Aunque no es una constante, las tiendas más innovadoras emplean un esfuerzo extra para embellecer sus escaparates en consonancia con sus productos, enmarcado en el ambiente navideño. El objetivo es que los viandantes se fijen en sus cristaleras y se detengan, para después comentarlo con sus allegados. Y, para algún que otro propietario, la meta es ganar el concurso de escaparates. Otros, en cambio, simplemente, sacan a relucir los típicos belenes y Olentzeros. Hay también un tercer grupo al que no le compensa desbaratar toda la tienda y emplear un día libre para esta labor. La variedad es tan amplia como la imaginación. Y los comercios que se han adherido a celebrar la Navidad son tan distintos entre sí que lo único que tienen en común es la propia celebración de estas fechas.
El concurso de escaparates que organiza cada año Sshops Donostia cuenta este año con 92 participantes. Una votación popular por Internet decidirá el martes 16 quiénes son los ganadores.
En la calle Matía, en el barrio de El Antiguo, está la floristería Huntz, bien conocida por su trayectoria de 20 años. Marisol Goenaga está contenta de estrenar su nuevo escaparate tras una reciente reforma en la tienda, porque con las grandes alturas “luce mucho más”. Por un lado, hay grandes pinos decorados con detalles azules y blancos “que es muy de Donostia y está de moda este año”, comenta. Lo cierto es que la pareja de dueños está muy al día de lo que se lleva en las floristerías. Siempre han cuidado esta ventana que expone sus productos a la calle, ya que “todo lo que se ve está en venta” y el objetivo no es otro que vender. “Yo creo que funciona, la gente ya ha empezado a picotear”, admite Goenaga. Además, afirma que “la Navidad para las floristerías es muy corta, porque acaba en Nochebuena”. Después de este día, no se suelen comprar plantas ni flores. Por ello, la pareja ha movilizado y cambiado todos sus productos para sacarles el mejor partido a la exposición.
Detrás de Arcco, en Amara, el escaparate de la tienda de decoración Ana Glory destaca por su calidez. Montado con productos que vende el propio negocio y con distintos materiales naturales, invita a pararse y observar. Su propietaria, Ana Rosa Garrido, cuenta que todo lo han hecho entre su marido y ella, sin ninguna otra ayuda. Reciclando palés y cajas de fruta y recogiendo palos en el monte han logrado una sensación acogedora, reflejo del contenido de la tienda. “La idea es hacer una exposición coherente de nuestro producto”, afirma Garrido, quien añade que de esta manera el escaparate “define quiénes somos y cómo trabajamos”. Está hecho “con dos intenciones”. De día se ve la parte “comercial”, es decir, los productos. Y por la noche, “dejamos solo las cajas con las velas de led y la guirnalda encendidas y así el espectador ve un árbol de Navidad iluminado. El espíritu navideño se queda en el escaparate y dejamos de lado la parte comercial, que también es muy importante”, detalla la dueña que dice que el montaje ha supuesto un duro trabajo.
Además de estos escaparates originales pero tradicionales, en las calles de Donostia se encuentran otros más modernos. En la calle Bergara está la tienda de decoración y menaje Valentina. Junto con Eseri, es un negocio de muebles que tiene más de 30 años y ahora ambas tiendas forman una más grande con un nuevo estilo llamado concept store. “Se venden accesorios para el hogar, menaje, textil, iluminación, papelería, incluso moda”, comenta Oihana Arratibel, la encargada del negocio. Su enorme escaparate, compuesto por dos cristaleras, llama la atención por su minimalismo, su estilo y la iluminación. Varias guirnaldas de led forman árboles de Navidad. “Le damos mucha importancia al escaparate porque vendemos diseño. Utilizamos productos que nosotros vendemos, como complementos de decoración y atrezzo navideño”, apunta Arratibel, unos adornos que usan también otras tiendas en sus escaparates. El diseño, tan cuidado, es íntegramente de su creación y recalca que los clientes ya estaban pidiendo ver los productos de Valentina “aplicados” en la vitrina.
En la misma calle, otro comercio invita a pararse. Es Viajar a la Carta, una agencia de viajes singular que planea escapadas a medida desde hace cuatro años. Un regalo gigante del que sale una bola del mundo coronada con varios monumentos representativos de grandes ciudades llena la entrada. Claire Mortimer, la dueña, se atribuye la idea hecha completamente a mano. “Estaba buscando algo diferente y navideño, pero a la vez con viajes. El regalo es universal, entonces, ¿por qué no regalar un viaje? Tenemos muchos clientes que lo hacen”, afirma Mortimer, que suele asistir al cursillo de escaparatismo de cara a las navidades en la Federación Mercantil. “Al abrir el negocio prohibí los carteles de ofertas en el escaparate, porque parecen inmobiliarias”, recalca Mortimer y añade que siempre cuidan mucho el escaparate. “Nos gusta, disfrutamos y creo que la gente ahora está esperando para ver lo que vamos a hacer”, explica.
A la tienda del Aquarium también merece la pena acercarse. Una fila de peces llevan sus cartas, pidiendo deseos medioambientales, a un buzón marino. Su creadora, Alaitz Mitxelena, se ha estrenado con este escaparate. El trabajo de toda una semana “a contrarreloj” ha merecido la pena. “Hemos pensando mucho, queríamos amoldar la idea navideña al tema marino”, apunta.
Desde una floristería, hasta una tienda de muebles, pasando por una agencia de viajes o el Aquarium. La Navidad tiene una cara para todos los comercios.