Claros beneficios. Chernobilen Lagunak elkartea trabaja cada año para conseguir 50 familias guipuzcoanas que acojan en verano a otros tantos menores (de entre 6 y 18 años) residentes en las inmediaciones de Chernóbil. Su estancia entre nosotros les provoca grandes beneficios. Lo confirma la Organización Mundial de la Salud: por cada mes que pasan alejados de su entorno contaminado su esperanza de vida se alarga entre 12 y 18 meses. Además, durante esas estancias el nivel de radiactividad acumulado en el cuerpo de los niños desciende entre un 30 y un 40%. Las familias de acogida no ocultan su satisfacción tras constatar la mejora en la salud de los pequeños al finalizar su estancia; pero está claro que no todas pueden permitirse aumentar (aunque sea dos meses) el número de sus miembros. Aún así, la mayoría sí puede pagar 5 euros para asistir al festival solidario de Azpeitia; un pequeño gran gesto que ayudará a financiar el viaje de los menores.

El calendario marcaba el sábado día 26 de abril de 1986 y la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada a 18 kilómetros de la ciudad soviética de Chernóbil (actual Ucrania), se enfrentaba a una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico. En un principio, aquella prueba no revestía grandes complicaciones porque, al fin y al cabo, se trataba de experimentar con el reactor para comprobar si la energía de las turbinas podía generar suficiente electricidad para las bombas de refrigeración en caso de fallo.

Pero todo se torció al producirse un aumento súbito de potencia en el reactor 4 de la central. Eso produjo el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que acabó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior. Como consecuencia de esa explosión, considerada junto al accidente en la central japonesa de Fukushima (en 2011) como el mayor desastre nuclear de la historia, se aisló un área de 30 kilómetros de radio alrededor de la central. Aún así, cinco millones de personas vivieron en áreas contaminadas y a día de hoy sigue sin conocerse la incidencia real de aquel accidente en la mortalidad poblacional.

En cualquier caso, aquel desgraciado suceso generó una ola de solidaridad con las personas afectadas hasta entonces desconocida a lo largo y ancho del planeta. Una de esas iniciativas solidarias se gestó el mismo año 1986 en Gipuzkoa, donde un grupo de familias voluntarias del territorio creó la asociación Chernobilen Lagunak. Su objetivo, tanto entonces como hoy en día, no es otro que el de contribuir a mejorar la salud de los niños que padecen las consecuencias radiactivas de aquel desastre.

Cita solidaria en Azpeitia Cada año, Chernobilen Lagunak se encarga de buscar a medio centenar de familias guipuzcoanas para que acojan (durante el verano) a otros tantos menores de Ivankik y de los municipios colindantes; ubicados todos ellos a unos 50 kilómetros de Chernóbil. De esa forma, los pequeños salen durante un periodo de dos meses de su entorno habitual lo que, a juicio de la Organización Mundial de la Salud, les genera grandes beneficios.

Sin embargo, bien sea por la crisis o porque el accidente nuclear se va alejando en el tiempo, la asociación Chernobilen Lagunak se está encontrando en los últimos años con dificultades para lograr las familias de acogida necesarias para que los pequeños ucranianos puedan recalar en nuestro territorio y pasar un verano en un entorno saludable.

Y es que conseguir captar familias de acogida para el próximo verano es uno de los objetivos que pretende alcanzar Chernobilen Lagunak elkartea con el festival solidario que tendrá lugar el próximo día 13 de diciembre (a las 17.00 horas) en el teatro Soreasu de Azpeitia. Además, con esa iniciativa la agrupación tratará de dar a conocer su actividad; así como de conseguir recaudar fondos para que la asociación pueda financiar los viajes en avión que los pequeños ucranianos tendrán que realizar para venir a nuestro territorio y regresar con las pilas cargadas a sus hogares.

El festival solidario, organizado con la colaboración del Consistorio azpeitiarra y la Diputación territorial, se desarrollará de la mano de los personajes de Irrien Lagunak elkartea; con la particularidad de que el evento también contará con la colaboración desinteresada de conocidas personalidades de los mundos del deporte y la cultura de Azpeitia. Los exfutbolistas de la Real Sociedad Mikel Aranburu y Mikel Labaka, el actor Pedro Otaegi, el bertsolari Sebastian Lizaso y el dantzari Joxe Mari Orbegozo son algunos de los ciudadanos que acudirán a la cita solidaria de Soreasu.

Las entradas para el festival del próximo día 13 se podrán adquirir desde mañana y al precio de cinco euros en los diferentes establecimientos hosteleros: Ametsa y Sanagustin de Azpeitia, Ttakun y Zurt de Azkoitia y Fati e Irantzu de Zestoa. Si queda alguna entrada, estas se pondrán a la venta en la taquilla de Soreasu. Toda la ciudadanía de Gipuzkoa está invitada a presenciar este espectáculo, organizado “por una buena causa”.

Non eta noiz. Abenduaren 13an, 17.00etan, Soreasu antzokian.

Sarrerak. Bihartik aurrera erosi ahal izango dira (5 eurotan) Azpeitiko Ametsa tabernan eta Sanagustin kulturgunean, Azkoitiko Ttakun eta Zurt tabernetan eta Zestoako Fati eta Irantzu tabernetan. Sarrera guztiak agortzen ez badira, geratzen direnak Soreasu antzokiko leihatilan erosi ahal izango dira jaialdiaren egunean.

Helburuak. Chernobil elkartearen lana plazaratzea, hurrengo udan Gipuzkoara etorriko diren Chernobil inguruko haurrak har-tzeko familiak aurkitzea eta ume horiek egin beharko dituzten bidaiak finantzatzeko dirua lor-tzea. Izan ere, Azpeitiko jaialdiaren sarrerekin jasoko den diru guztia Chernobilgo umeen bidaiak ordaintzeko bideratuko da.

Kolaboratzaile ezagunak. Irrien Lagunak elkarteko kideekin batera hainbat azpeitiar ezagunen partaidetza izango da jaialdian. Horien artean Mikel Aranburu eta Mikel Labaka Realeko jokalari ohiak, Pedro Otaegi aktorea, Sebastian Lizaso bertsolaria eta Joxe Mari Orbegozo dantzaria izango dira.