Iniesta no pudo con los beasaindarras
Tres exjugadores de la Sociedad Deportiva Beasain rememoran los dos partidos que jugaron la temporada 2001-2002 contra el Barcelona B de Andrés Iniesta.
Los próximos días sufriremos un verdadero empacho a cuenta del gol que metió Andrés Iniesta en la final del pasado Mundial de fútbol y que le valió a España para ganar el torneo. El dichoso gol se nos aparecerá hasta en la sopa y acabaremos cogiendo manía al albaceteño, pero al César lo que es del César: Andrés Iniesta es un gran jugador. Ha disputado más de 500 partidos con la camiseta del Barcelona y pronto alcanzará el centenar con la selección española. Ha ganado seis ligas, tres Champions League, dos eurocopas y un Mundial. Pero no puede presumir de haber ganado en el campo de fútbol de Loinatz. El año 2001, cuando militaba en la filas del Barcelona B, se enfrentó al Beasain y los catalanes solo pudieron rascar un empate. Ahora que Iniesta parece Dios, hemos hablado con tres jugadores del Beasain que lograron bajarlo a la tierra: el zumarragarra Aitor Esnal y los beasaindarras Iakes Gibelalde e Iker Remírez.
Los tres tienen una dilatada carrera en el mundo del fútbol. El defensa Esnal jugó también en el Urola y el Barakaldo, el delantero Remírez lo hizo en la Gimnástica de Torrelavega, el Mieres Caudal y el Real Unión y el centrocampista Gibelalde en el Real Unión. Han vivido experiencias de todo tipo en el mundo del fútbol, pero la temporada 2001-2002 la recuerdan como una de las peores de su vida. Los partidos en los que se enfrentaron al Barcelona B fueron de lo poco salvable de aquella campaña, pues tras diez temporadas en Segunda B, el Beasain perdió la categoría. No la ha recuperado.
Eso sí, los beasaindarras siempre podrán presumir de haber visto jugar a Iniesta en el campo de Loinatz. En aquel equipo jugaban también otras figuras de talla internacional, como el portero Víctor Valdés, y varios jugadores que han hecho carrera en la élite. Por ejemplo, Babangida, Motta, Fernando Navarro, Trashorras, Nano u Oleguer.
El primer partido lo disputaron en Beasain y empataron. Recuerdan que con empate a cero en el marcador fallaron un penalty. "Gaizka Iriarte lo tiró bien, pero Valdés se lo paró. Se repitió el penalty porque uno de ellos había entrado en el área, volvió a echarlo Iriarte, al mismo lado, y Valdés volvió a parárselo".
Aquello no desanimó a los corajudos beasaindarras. Gibelalde, que demuestra tener una memoria prodigiosa, recuerda que Babangida metió el cero a uno en la segunda parte e Imanol Arregi marcó el gol del empate a poco del final.
A él le tocó bailar con la más fea, pues Iniesta jugaba en su zona. "En aquella época jugaba en el puesto en el que juega Busquets. No hablaba mucho, pero manejaba el equipo a su antojo. Para cuando quería meterle el pie, él ya había controlado y había pasado. Era una pasada qué calidad tenía y con qué rapidez hacía las cosas. Desde entonces, he seguido su trayectoria".
Esnal guarda un recuerdo especial de los dos extremos: Babangida y Nano. "En aquel primer partido, que se jugó en el campo de hierba natural de Loinatz, destacó más Babangida que Iniesta. Empezaba a correr y no había manera de pararle". Dicen que era difícil hacerles faltas, pero alguna ya hicieron: los dos vieron sendas tarjetas amarillas.
En el partido de vuelta, jugado en febrero de 2002, no fueron amonestados. Es más, estuvieron a punto de dar la campanada. Pero en Barcelona Iniesta sí pudo con los beasaindarras. El Barça B se adelantó con un gol de David Sánchez, pero los beasaindarras dieron la vuelta al marcador con dos goles de Remírez. Desgraciadamente, Trashorras empató en el 87 y Jofre marcó el tres a dos definitivo en el minuto 93. "Tenían un nivel impresionante. Lo dimos todo y, a pesar de ello, perdimos", recuerda Gibelalde.
Además de su habilidad con el balón, de los jugadores del Barcelona B les llamó la atención también lo que cobraban. "Se decía que Iniesta cobraba 80 millones de pesetas y Babangida 125". Además, recuerdan que algunos llegaron con un unos coches fantásticos y que Iniesta, en cambio, era un niño. Tenía 17 años.
Aquel niño se hizo mayor y marcó un gol decisivo en la final de un Mundial. Y su compañero de equipo Víctor Valdés es uno de los mejores porteros de la historia del club blaugrana. Remírez siempre podrá presumir de haberle metido dos goles. "Aquel partido lo retransmitieron por la televisión catalana y, por supuesto, lo tengo en DVD. Lo he visto unas cuantas veces. Viene bien para cuando estoy deprimido", bromea.
Algunos de los protagonistas de aquel encuentro siguen jugando a fútbol: Iniesta y Valdés en el Barcelona, Trashorras en el Rayo Vallecano, Navarro en el Sevilla y Esnal, Gibelalde y Remírez en la División de Honor de fútbol 7. Gibelalde y Remírez juegan en el Zuma GH-Hine de Beasain y Esnal en el Knauf-Aluminios Alberdi de Zumarraga. Los dos beasaindarras forman parte, además, de la directiva de la Sociedad Deportiva Beasain. A ganar mundiales y llenar el bolsillo les ganará Iniesta, pero a pasión por el fútbol no les gana ni el mismísimo Pelé.