zumaia. Tres jóvenes que forman parte de la asociación Darahli de Zumaia acaban de regresar de los campamentos saharauis. Los tres cooperantes han convivido durante ocho días con familias de Sáhara, en Tinduf, en el pueblo hermanado con Zumaia desde hace varios años, Zug. Darahli ha llevado a cabo los siguientes proyectos en dicho municipio: entregar 21 placas solares a las 21 familias que carecían de las mismas; y dentro del proyecto de hermanamiento, lograr que en los últimos seis años, se ofrezca una ayuda económica a por lo menos, 30 familias. En este sentido, los jóvenes han repartido en su viaje una ayuda de cien euros a 46 familias con gran necesidad, además de entregarles una carta.

Por otro lado, en Zumaia se llevó a cabo en octubre y noviembre una campaña de recogida de medicamentos y otros productos farmacéuticos. Todo el material recogido lo han llevado en su visita al hospital Auserd, para poder abastecer a los que necesiten.

Al regresar a Zumaia, los tres jóvenes han lamentado la "cruda y grave situación en la que viven los habitantes de los campamentos". "Cada vez tienen más carencias y hay que tener en cuenta que las ayudas que se enviaban de Europa, sobre todo desde España, se han reducido en un 70%, por lo que cuentan con menos comida y medicamentos básicos", detallan.

nueva campaña Por todo ello, Darahli llevará a cabo en enero una nueva campaña de recogida de comida a favor del pueblo saharaui y señala que será imprescindible la colaboración de todos los zumaiarras. Asimismo, agradece el apoyo mostrado por las familias de Zumaia y el Ayuntamiento durante todos estos años.

La asociación sin ánimo de lucro Darahli nació en 2006, hace ya ocho años, de la mano de alumnos de 16 años y profesores de los dos centros escolares de la villa, Maria eta Jose y Herri Eskola. Se trata de un proyecto educativo y de cooperación que ha ido creciendo año tras año y cada cierto tiempo realizan un viaje para convivir con familias saharauis y conocer de cerca la triste realidad de este pueblo que lleva luchando por sus derechos 40 años. Los participantes afirman que la experiencia vivida en los campamentos es "única y difícil de olvidar" y es importante seguir apoyando a estas familias.