oñati. Javier Galarza lleva la batuta en Pake Leku. En 2011 se subió al tren de su junta directiva que componen 14 personas. Desde entonces este oñatiarra se ha volcado en un trabajo voluntario que se ve recompensado, según asegura, "con muchas satisfacciones". Reniega, sin embargo, de protagonismos, e insiste en que todos son una piña. Un equipo que con mucha ilusión sigue el mismo rumbo: el de dinamizar la vida diaria del hogar y ofrecer un buen servicio y alternativas de ocio a los mayores, además de ser un referente para el colectivo. La directiva, lejos de caer en el inmovilismo, renueva cada año a su primer capitán, y esa rotación de gente favorece que la asociación sea "viva y activa". En esta entrevista, Galarza nos abre las puertas de Pake Leku. Pero no lo hace solo. Le acompañan, dando sus opiniones, el resto de miembros que están al frente de la sección de Cultura: Arantxa Urcelay, José Mari Igartua y Marilu Azpiazu.
A partir de mañana celebran un clásico de los primeros días de noviembre: la Semana Cultural. ¿Cuáles son sus objetivos?
En primer lugar se trata de dinamizar Pake Leku. Es una semana en la que se concentran distintas propuestas que a lo largo del año se desarrollan de un modo salteado. Lo mismo ocurre con la Semana del Jubilado, que se festeja en junio, o el programa Bienvenida Primavera que incluye diversas citas culturales. La idea es que los socios participen en una amplia oferta de actividades: de cursos, viajes, conferencias... Como asociación queremos propiciar una jubilación sana, rica y participativa; activa en definitiva.
¿De qué actividades se va a poder disfrutar hasta el próximo viernes?
La programación se inaugurará mañana con el concierto que la coral Aloña abesbatza interpretará en la iglesia de los Agustinos a las 18.00 horas. El martes, el historiador José Antonio Azpiazu pronunciará la charla La alimentación en tiempos de nuestros abuelos, en el hogar a las 17.30 horas. Para el miércoles se ha organizado una excursión a Santo Domingo y Ezcaray, mientras que el jueves habrá un bingo especial con regalos (17.00). Como colofón, el viernes 8 el grupo de teatro Ikusi Makusi estrenará su última obra Vivir en Villa Titiritaina, en una sesión para jubilados. La cita será en Santa Ana an-tzokia, a las 17.30 horas.
No cabe duda de que la jubilación no es sinónimo de quedarse de brazos cruzados. También se busca fomentar las relaciones sociales y el ejercicio intelectual. ¿Qué herramientas o alternativas ofrecen en esta línea?
Organizamos un buen puñado de cursillos de labores, puntos bisutería, bailes de salón y vascos, informática, euskera y un taller para trabajar la memoria, entre otros muchos. El año pasado se empezó a ofertar yoga con bastante éxito y también se puso en marcha el club de lectura en euskera. El curso pasado estas actividades movieron a 156 personas y para el 2013-2014, aunque todavía no hemos cerrado las listas, la respuesta está siendo muy buena. Uno de los grandes atractivos, por otro lado, son los viajes de un día y los de larga estancia. Y tampoco podemos olvidar a dos señas de identidad de Pake Leku: la coral Aloña y el grupo de teatro Ikusi Makusi. A todo ello hay que añadir el resto de actos que se llevan a cabo durante el año, una castañada (el próximo 22), txistorrada, el bingo de los jueves...
¿Cuántos socios aglutina Pake Leku?
Actualmente, unos 1.200. Por un lado, está el perfil clásico de gente que supera ampliamente los 70 años y que viene todo los días al hogar para jugar sus partidas de cartas o reunirse con sus amigos. Y luego están los que participan en los cursillos y que bajan esa media de edad. Un total de 800 socios abonan la cuota y 400 están exentos de pagarla porque son mayores de 80 años.
Por lo que veo ustedes pertenecen al grupo de jubilados jóvenes.
(Sonríen los cuatro). Uno de nuestros deseos es atraer a más recién jubilados. A todos ellos les animamos a que vengan a Pake Leku y que participen porque enriquece en todo los sentidos. En la junta, además, se trabaja muy a gusto, el ambiente es excelente y se promueven muchas actividades que dan satisfacciones. En está última sus miembros están dos años, porque se quiere que la gente rote y no se queme, al tiempo que se involucre en la dinámica de la asociación y siga activa después en ella.
¿Y algún otro reto?
Sacar más a la calle el hogar del jubilado. Pake Leku es mucho más que un sitio para tomar café o jugar a cartas. Trabajamos para que la etapa de la jubilación sea lo más enriquecedora posible a nivel personal y socio-cultural.
Si hacemos un poco de historia, ¿cuándo echó a rodar Pake Leku?
En abril de 1973 en la calle Arquitecto Lizaur y en 1984 se trasladó a las actuales dependencias de San Juan kale, que en 2002 se ampliaron con locales anexos.
¿Y cómo andan de espacio en el hogar?
Hacemos una gestión exhaustiva de los horarios para sacar el mayor rendimiento a los espacios que disponemos. Está todo muy verde, y más en estos momentos en los que la situación económica está muy complicada, pero hemos trabajado ideas para que dentro del mismo entorno cubrir la terraza del bar o utilizar algunos espacios anexos. Se han puesto sobre la mesa alternativas para seguir creciendo.
Hablemos de las reivindicaciones a nivel local que tiene el colectivo de jubilados.
Desde el punto de vista municipal y concretamente desde los servicios sociales la atención que recibimos es muy buena. A nivel urbanístico, este año se ha reformado San Juan kale y estamos contentos con el resultado. Una reivindicación sería que se adopten medidas para evitar que los chavales anden tan deprisa por las calles con sus bicis (en esta última propuesta incide, particularmente, Azpiazu).
¿Y en un ámbito mucho más amplio?
Hay que tener en cuenta que somos un colectivo muy numerosos y, a la vez, débil. Aquí tenemos que citar inevitablemente el tema de las pensiones, que pedimos que se actualicen de acuerdo con el coste del IPC, con el coste de la vida real. No hay que olvidar tampoco la situación de las viudas, que es sangrante.