lOS exciclistas de la sociedad deportiva Goierri de Urretxu y Zumarraga han aprovechado su encuentro anual para homenajear a Ángel Askasibar Carpanta. Como todos los años, tras sacar la foto de grupo, celebraron una comida. Durante la misma hicieron entrega de varios obsequios a la viuda de Askasibar, Socorro Igartza, y su sobrino, José Mari Urisabel.
Los actos sirvieron para rememorar el ciclismo de antaño. No solo porque los antiguos ciclistas tuvieron ocasión de recordar anécdotas. También porque el homenajeado era todo un símbolo de aquel ciclismo: menos científico que el actual, pero mucho más cercano al pueblo.
Como muestra, un botón. Askasibar era apodado Carpanta por su gran apetito, pero no se alimentaba solo de macarrones precisamente. Solía recordar con humor que antes de cada carrera desayunaba un plato de arroz, dos huevos y una chuleta de caballo que le regalaba un carnicero.
Todo eso, ¡a las 5.00 horas! Hay que tener en cuenta que hace 50 años los medios no eran los de hoy en día y muchos corredores se desplazaban por su cuenta, por lo que tenían que madrugar para coger el tren.
En aquellos tiempos no había puestos de avituallamiento y el ciclista de Urretxu corría con un importante sobrepeso para poder saciar su apetito: solía llevar un kilo de fruta en el maillot. Cuando salía a entrenar, tenía costumbre de jugarse un kilo de plátanos al sprint con alguno de sus compañeros.
Askasibar era todo pundonor. Aunque no llegó a ser profesional, en determinadas carreras se midió a los profesionales. En una entrevista concedida a la revista local Otamotz, recordaba que su equipo, que apenas tenía efectivos, tenía que enfrentarse a las potentes escuadras de Loroño, Bahamontes o Pérez Francés. "El director me decía que vigilara a tres del Kas y otros tres del Ferry's... ¡bastante tenía conmigo mismo!".
Como la mejor defensa es un buen ataque y la labor encomendada era difícil de cumplir, se metía en todas las escapadas y así eran otros los que tenían que vigilarle a él. "Solía salir a tope, por lo que los motoristas calentaban las motos antes de que se diera la salida. A veces acababa retirándome, pero siempre rompía las carreras. Era rodador: me manejaba bien en los sprint y cuesta abajo".
Ganó bastantes pruebas. "En España habría unos diez mejores que yo y de mi nivel otros 20". Ganó 20 carreras. Corrió la clásica de Ordizia en tres ocasiones y en las tres acabó entre los diez primeros, fue campeón de Gipuzkoa, se impuso en dos ocasiones en el circuito de Zumarraga...
Era todo un ídolo entre los seguidores de Urretxu y Zumarraga y fue en aquella época cuando se comenzó a organizar la Vuelta al Goierri. En cierta ocasión, tras ganar una prueba de carácter internacional en Irun, le organizaron un recibimiento sorpresa. Pero para cuando se dieron cuenta, Askasibar había entrado en su casa. Al día siguiente le hicieron salir del pueblo para poder ofrecerle el recibimiento.
Aunque contaba con el apoyo incondicional de sus vecinos, se retiró muy joven. Con 23 años. Solo veía futuro en el mundo del ciclismo trabajando como gregario y a él no le gustaba esa labor.
La última carrera la corrió en Antzuola. Dijo que en caso de no ganar se retiraría y cumplió su promesa, aunque llegó entre los primeros y se llevó el premio de la montaña y el de las metas volantes. Tras colgar la bicicleta fue transportista. Falleció en julio del año pasado.