El Pincel, mucho más que un bar

Desde el año 1969, la familia Marauri regenta este establecimiento. Fueron Nati y Santiago, progenitores de los actuales encargados, los que con poco ruido y mucho esfuerzo, fundaron esta casa, ahora renovada, pero inspirada en el propósito fundacional de servir como restaurante popular en Gros.

Por esta casa han pasado miles de personas y se han forjado amistades con muchos clientes, por no decir todos, ya que durante mucho tiempo ha sido la sede formal de muchos transportistas de todos los lugares que tenían aquí el servicio de teléfono, encargos y asistencias.

Estas paredes guardan recuerdos de madrugadas al son de guitarras y canturriadas, de historias de amistad de anécdotas graciosas, de risas y de tristezas de los pobladores de un barrio pequeño y cercano en el que todos se conocían y se vivía más en la calle. El Pincel ha sido testigo de los cambios que ha vivido Gros, la desaparición del mítico Txofre, del majestuoso Kursaal, del tenebroso matadero, la regeneración de la playa de Zurriola y su paseo, el nacimiento de los cubos o el incremento de su población, entre otras cosas.

Recientemente renovado, este clásico ofrece a diario menús del día, de lunes a viernes, donde se puede elegir entre cinco primeros platos y ocho segundos, postres caseros y bebida, todo por diez euros. Asimismo, los sábados y días festivos se puede degustar un variado menú por 15 euros.

También dispone de una diversa carta, pensada para compartir, en la que podemos encontrar raciones, pinchos, platos combinados, torradas, cazuelitas cocinadas al estilo tradicional más familiar y, lo más solicitado, las sartencitas, que son platos presentados en pequeñas sartenes de huevos fritos con pimientos, de huevos con hongos, de tacos de solomillo a la crema de quesos, de verduras en tempura, etc.

Con motivo de la fiesta de San Sebastián, El Pincel ofrecerá la cena de víspera típica, una ocasión perfecta para reunirse con amigos y clientes habituales.