EL pasado 1 de septiembre los ojos repletos de luz de Antxon González dejaron de brillar, falleciendo a los 40 años víctima de la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Tal y como destacan en la página web del antiguo Colegio San Pedro donde estudió, era "muy conocido y querido" y su pérdida conmocionó Zumaia. Bolitx, como le llamaban sus allegados, también era un gran peregrino y sus compañeros del Camino de Santiago lo siguen recordando en varios foros.

Tal y como relata su padre Antxon, le encantaba escribir al llegar de cada viaje: "Se publicaban sus artículos sobre una etapa en concreto en el foro del peregrino. Después comenzó a incluir también otros de humor". El apasionado peregrino contaba también con un blog que aún sigue abierto: http://bolitx.foroperegrino.es/. En él explica cómo comenzó a enamorarse del camino: "Fue encontrándome casualmente en Roncesvalles por la primavera del año 2002, al cruzarme con unos peregrinos, que se me pasó por la cabeza la idea de hacer el Camino de Santiago...".

Se enganchó y no paró. Pero exactamente hace dos años le detectaron ELA. Le dieron de dos a cinco años de vida y duró 22 meses. Tuvo que dejar el trabajo en abril de 2011 y a partir de ahí se dedicó a escribir un libro sobre sus experiencias.

escribir con la vista

Su libro, 'El gran caminante'

"Todavía le funcionaban las manos, aunque cada vez las tenía más torpes. Al final, en diciembre ya no podía utilizarlas", recuerda su progenitor. Así, a través de la asociación de afectados por la ELA, le instalaron una aplicación en el ordenador que le ayudaba escribir enfocando las teclas con la vista. El libro tiene 23 capítulos y cada uno le costaba redactarlo unas tres semanas. Pero nunca perdió el ánimo y estuvo escribiendo hasta la víspera.

Su esfuerzo no quedó en vano. El libro El gran caminante ya ha visto la luz y será presentado mañana, a las 19.00 horas en la casa de cultura Alondegia de Zumaia, de la mano de su hermana Izaskun y su amigo Mikel Lizaso.

La obra narra las vivencias que Antxon tuvo en el Camino de Santiago. Los buenos y malos ratos, los intercala con recuerdos de la infancia, las hazañas de su juventud, las historias de los mayores... También guarda anécdotas como el registro de su mochila por parte de la Guardia Civil en Zestoa, la ayuda que ofrece a una madre desesperada con su hija en Legazpia o de cómo cerca de León unas niñas le regalan una pulsera de hilo y no le quieren cobrar y hasta diálogos que comparte con un perro. Intenta así en una obra de casi 400 páginas mostrar la sociedad representada en el camino.

El gran caminante se podrá adquirir mañana en la presentación por quince euros. Además, se pondrán a la venta en la Alondegia y en la oficina de turismo. El dinero recaudado será para sus dos hijas.