Donostia. El Ayuntamiento de Donostia solo ha conseguido vender nueve de las 382 plazas de aparcamiento que están libres en los estacionamientos subterráneos de propiedad municipal. Desde que dio a conocer la existencia de numerosas rayas de garaje sin dueño, el pasado mes de mayo, pocos donostiarras se han animado a hacerse con la propiedad de una de las plazas disponibles para estacionar cerca de casa. La crisis económica actual y el hecho de que la mayor parte de estas plazas sean en concesión para 50 años, y no en plena propiedad, parecen estar detrás de la escasez de nuevas ventas.

Las nueve ventas registradas en los últimos meses se refieren a tres estacionamientos en la plaza de Cervantes (La Concha), otros tantos en la plaza Cataluña (Gros) y la misma cifra en San Francisco Javier (Egia).

En los últimos años, el Ayuntamiento de Donostia ha ido construyendo aparcamientos subterráneos a medida que los vecinos de distintas zonas se han quejado de la escasez de plazas y, tras distintos estudios, se han comprometido a ir adquiriéndolos. Como regla general, el Consistorio ha impulsado la construcción de estos subterráneos tras contar con ciertas garantías de que la obra se financiaría con la venta de las plazas.

Sin embargo, lo que ha ido funcionando durante años, se ha ido torciendo en los últimos tiempos. Así sucedió, por ejemplo, en la plaza de San Francisco Javier, donde los compradores fueron finalmente muchos menos de los previstos. Así, los últimos estacionamientos subterráneos ampliados y remodelados, como los de las plazas de Cervantes y de Cataluña, no han resultado un buen negocio ya que ambos tienen numerosas plazas a la venta.

Cuando el Consistorio dio a conocer la cifra de estacionamientos libres, el pasado mes de mayo, el concejal de Movilidad, Jon Albizu, anunció que el Ayuntamiento volvería a analizar la situación una vez pasado el verano. Asimismo, anunció "mecanismos de flexibilización" en el caso de que no se vendiesen las numerosas plazas disponibles y habló incluso de la posibilidad de alquilar los espacios disponibles para rentabilizarlos.

Por el contrario, descartó abaratar el precio de las plazas en venta, ya que este depende del coste que tuvo cada uno de los estacionamientos.