LAS mujeres embarazadas de Urola Garaia, Urola Erdia y Goierri respiran aliviadas dado que se han librado de los recortes: el servicio de Tocoginecología del hospital de Zumarraga estrena nuevas instalaciones, que funcionarán al 100% a partir de la semana que viene. Destaca el paritorio, formado por cuatro salas de partos equipadas a la última y una bañera. Además, las parturientas, al contrario que hasta ahora, contarán con luz natural. Y con vistas al monte Irimo, nada más y nada menos.

ventajas

Espacios agrupados

Tras la reforma y ampliación del servicio de Tocoginecología y el área de Obstetricia, todas las instalaciones han quedado agrupadas. Cuentan con acceso directo al bloque quirúrgico (donde se efectúan las cesáreas y donde está ubicado el espacio destinado a la recuperación postanestésica) y a la planta de hospitalización.

El área de consultas dispone de una superficie útil de 387 metros cuadrados. La gran novedad es la zona de boxes: cuatro camas para mujeres que han sufrido algún problema durante su embarazo pero no requieren ser ingresadas. Se trata de una zona de observación.

En cuanto a las consultas en sí, son seis: la de Tocología, la de Reconocimiento, la de Fisiopatología, la de Ecografías y dos de Ginecología.

En lo que respecta a los paritorios, cuentan con una superficie útil de 224,5 metros cuadrados. Este espacio también está conectado con el bloque quirúrgico y cuenta con cuatros salas de partos y una bañera para la dilatación. Si la demanda lo exige, se instalará una segunda. La bañera es la gran novedad y despertó una gran expectación durante la jornada del martes, que se aprovechó para presentar el nuevo espacio a los profesionales y las autoridades. En cuanto a las cuatro salas de partos, están equipadas de manera que permiten a las mujeres dar a luz en la postura que deseen. En ellas se pueden encontrar, por ejemplo, sillas de parto holandesas.

La gerente del hospital, Elena Baylin, la jefa del servicio, Carmen Álvarez, y la supervisora del área de Partos, Feli Rodríguez, informaron que las consultas ya están abiertas y están esperando la llegada de la licencia de apertura para estrenar los paritorios. Se espera que esto suceda la semana que viene. "Después tendremos que afrontar el traslado. Las consultas, en cambio, están ya abiertas. La zona que quedará libre tras el traslado, el antiguo paritorio, se aprovechará para ampliar la zona quirúrgica".

Las profesionales están encantadas con las nuevas instalaciones: "La gran novedad es que, por primera vez, la dilatación, el parto y el posparto se harán en el mismo espacio y de forma individualizada. Y el área de observación nos permitirá tener más controladas a las mujeres".

Destacaron también que las parturientas contarán con más intimidad. "Antes la dilatación tenía lugar en un espacio compartido y los paritorios no tenían luz natural". La entrada de luz se puede regular. Tal y como se ha indicado, desde las ventanas se ve Irimo. Las gestantes tendrán en ese momento quehaceres más importantes que admirar el paisaje, pero siempre será más relajante ver Irimo que ver una fábrica.

No solo Baylin, Álvarez y Rodríguez están contentas. El martes visitaron las nuevas instalaciones las matronas, los médicos de atención primaria y las autoridades y todos quedaron satisfechos. Las embarazadas que tenían consulta, como es lógico, no pudieron resistirse y se acercaron a conocer el área de observación, las cuatro salas de partos y las bañeras. Todas salieron con una sonrisa en la boca, pues tendrán el privilegio de estrenar unas modernas instalaciones.

El hospital de Zumarraga atiende a la población de Urola Garaia, Urola Erdia y Goierri: 99.000 personas en total. Cada año se atienden alrededor de 900 partos. El número de nacimientos asciende año a año. "Es un servicio conocido y con prestigio, por lo que la gente no va a los hospitales privados", comentaron. Con inversiones como la que se acaba de realizar, no es de extrañar. El presupuesto del proyecto ha ascendido a 3.129.600 euros y se han invertido otros 300.000 euros en equipamiento. Las vistas a Irimo no han costado un duro, pues el monte estaba ya ahí mucho antes de que se construyera el hospital.