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San Fermín Txiki

Tolosa celebró ayer una jornada festiva en rojo y blanco

San Fermín Txikim.s.s

ya han pasado varios años desde que los vecinos de la Parte Vieja de Tolosa decidieran festejar los sanfermines. A día de hoy se trata de una fiesta modesta, que condensa en una jornada los siete días de fiestas de Pamplona, ya que en el mismo día se lanza el chupinazo y se canta el Pobre de mí. Sin embargo, se trata de un día consolidado ya en el calendario festivo de la localidad. Anudarse el pañuelico rojo al cuello el 7 de julio ya es toda una tradición en Tolosa.

Al grito de Tolosarras, Viva San Fermín, Gora San Fermín, el integrante de la asociación de vecinos del Casco Antiguo, Miguel Ángel Bermúdez, fue ayer el encargado de prender la mecha. Al coincidir con sábado, muchos niños y niñas, y también mayores fueron acercándose a la plaza Nueva atraídos por las jotas navarras que se podían escuchar desde lejos. Tras el lanzamiento del chupinazo, salieron los cabezudos y los más pequeños disfrutaron también de los hinchables.

huchas en los bares

Donativos para la fiesta

San Fermín Txiki es una fiesta modesta, pero supone un coste a la asociación de vecinos y este año se han visto obligados a pedir donativos. Tal y como explicaron, "a nosotros también nos ha llegado la crisis, y no hay dinero para este tipo de fiestas". Los organizadores alegaron que "no les gustaría que fuera el último año del San Fermín Txiki", por lo que colocaron huchas en los bares de la plaza Nueva y varios niños y niñas fueron recolectando donativos para que Tolosa se siga vistiendo de rojo y blanco durante muchos años más.

La de ayer fue una jornada dedicada especialmente a los más pequeños. Por la tarde tuvo lugar el tradicional encierrillo, organizado por la ganadería "brava" del tolosarra Iñaki Moyua. Los mozos se dieron cita de nuevo en la plaza Nueva para correr tras los astados. Una vez cantado el tradicional cántico sanferminero, los chavales se desperdigaron por la plaza y las calles de la Parte Vieja huyendo de los cinco pequeños toros.

Las carreras fueron intensas y después los chavales pudieron reponer fuerzas con la chocolatada que se sirvió a media tarde. También hubo juegos y karaoke en una divertida tarde en la que el Pobre de mí marcó el fin de fiesta.