legazpi. Hace 80 años, el 4 de junio de 1932, la entonces Corporación del Ayuntamiento de Legazpi aprobó colocar la ikurriña por vez primera en el balcón de la casa consistorial. Ayer se conmemoró aquel acontecimiento, recordando al alcalde y a los concejales que tomaron aquella decisión e izando una enseña en la trasera del ayuntamiento. Al acto acudieron muchos legazpiarras y tomaron parte txalapartaris, dantzaris y bertsolaris. También estuvo presente una de las personas que cosió aquella ikurriña: María Etxeberria, que ahora tiene 91 años.
Los grandes protagonistas fueron los descendientes de los legazpiarras que formaban la corporación en 1932: Cayetano Elorza, Abeliño Ziaran, Domingo Iñurritegi, Justo Urtzelai, José Mari Agirrezabal, Valentín Agirrezabal, José Aztiria, Antselmo Zabaleta y el alcalde Daniel Aranguren.
Estos hombres soñaban con un futuro en paz y libertad, pero cuatro años más tarde pagaron muy cara la decisión tomada. Un buen ejemplo de ello es la historia del alcalde Daniel Aranguren. Nacido en el caserío Erraizabal, durante la Guerra Civil tuvo que huir. Primero se refugió en Francia y después fue a Cuba, donde vivían dos de sus hermanos: uno era cura y el otro fraile franciscano. Después se le unieron su esposa y su hija. En el país caribeño tuvo otros tres descendientes. Uno de ellos es obispo y ha estado estos días en Legazpi. Se llama Emilio Aranguren.
El alcalde que colocó la primera ikurriña que ondeó en el balcón del ayuntamiento de Legazpi tuvo una hacienda en Cuba, por lo que se puede decir que allí también fue baserritarra. Durante más de 40 años soñó con volver algún día al caserío familiar y lo consiguió en 1980. Vino con su mujer, natural de Mutiloa, y pasó dos meses en Euskal Herria. Falleció al poco de ver cumplido su sueño: en diciembre de 1981.
En la actualidad, en el caserío Erraizabal vive su sobrino Juan José Aranguren, con su esposa Arantxa Segurola y su hija. Segurola manifestó el viernes a este periódico que es "un honor" participar en este homenaje. "Somos abertzales y la ikurriña es nuestra bandera, por lo que nos alegra mucho tomar parte en este acto. Nuestra participación es casual, todo el mérito es de aquellos que hace 80 años decidieron poner la ikurriña en el balcón del ayuntamiento", afirmó.